-Autor: J.K. Rowling
La historia de esta primera obra de Rowling para adultos se centra en Pagford, un imaginario pueblecito del sudoeste de Inglaterra donde la súbita muerte de un concejal desata una feroz pugna entre las fuerzas vivas del pueblo para hacerse con el puesto del fallecido, factor clave para resolver un antiguo litigio territorial. La minuciosa descripción de las virtudes y miserias de los personajes conforman un microcosmos tan intenso como revelador de los obstáculos que lastran cualquier proyecto de convivencia, y, al mismo tiempo, dibujan un divertido y polifacético muestrario de la infinita variedad del género humano. Sin que el lector apenas lo perciba, Rowling consigue involucrarlo en temas de profundo calado mientras lo conduce sin pausa a un sorprendente desenlace final.
En el pequeño pueblecito de Pagford se ha producido una muerte inesperada: la de Barry Fairbrother. Esto produce una vacante en un puesto del concejo, y las especulaciones sobre quién ocupará la plaza se empiezan a esparcir por Pagford y los alrededores. Los que se presenten al puesto tendrán que hacer frente a una batalla territorial que lleva años debatiéndose, y que lleva causando el encontronazo de los habitantes del pueblo. La batalla sigue en pie, y ya nadie piensa en el reciente difunto, sino en el orgullo personal para ganar la trifulca de marras.
Cogí esta novela (que llevaba un par de años en la estantería) sin ningún tipo de expectativa. Hace mucho que leí la saga Harry Potter, y no tenía ningún recuerdo sobre el estilo de Rowling, solo de la historia. Como Una vacante imprevista se trata de una novela completamente distinta a la del niño mago, para mí era como probar a un autor que nunca había leído. Por eso, sin ninguna idea preconcebida, el resulto final me ha sorprendido el doble.
Lo que Rowling nos muestra es la cara menos humana y humilde de una sociedad en la que importa más mirarse el ombligo que pensar en lo que le pueda estar pasando al vecino. La trama general gira en torno a la muerte de un concejal que era más o menos querido por todos. Claro está que no faltan sus férreos enemigos, la familia Mollison, cuyas ideas contrarias a las del fallecido hacen celebrar la noticia de su muerte como la ocasión perfecta para que el menor de la familia se haga con el cargo. De igual modo están los que le apoyan, el matrimonio de los Wall; para Colin, Barry era su mejor amigo y la mejor manera de hacerle justicia es luchar por sus ideales: conseguir que los Prados sigan perteneciendo a Pagford y no a la ciudad de Yarvil.
Porque los Prados siempre han sido una urbanización conflictiva, una zona residencial en la que se agrupan las familias menos pudientes, entre ellas, la de los Weedon. Barry hizo mucho por la hija menor, Krystal, que sin embargo es despreciada por la mayoría del pueblo por ser una liante en el instituto; pocos han sido los niños a los que Krystal no ha pegado o insultado. Que su madre sea drogadicta no ayuda a que tenga una mejor imagen, pero todavía hay quien se preocupa por esta familia desestructurada.
A estos variopintos personajes se les unen muchos otros que conforman una imagen perfecta de lo que supone vivir en un pueblo como Pagford. Sin duda, Rowling no deja de preocuparse por la visión más sincera de todo esto, la de los adolescentes. Si bien sus padres pueden estar peleándose entre ellos por cuestiones burocráticas, a los chicos y chicas de este pueblo no les puede preocupar lo más mínimo.
Una vacante imprevista trama un entresijo de historias que al principio puede resultar un poco caótica por el salto entre personajes, pero que luego conforman un todo que encaja perfectamente. El modo con el que Rowling describe a esta gente hace que, llegados a cierto punto, pareciese que los conocieras de siempre. Estúpidos o inteligentes, con buenas o malas intenciones, todos ellos son tan humanos que podrían perfectamente formar parte de nuestras vidas. No podría hacer una reseña de todos los personajes del libro, pero si destacar a unos cuantos que me han parecido los que más jugo han dado a la historia: Samantha, Stuart, Andrew, Krystal, Shirley, componen el entramado más interesante desde mi punto de vista, aunque todos me parecen imprescindibles y complementarios. Si falta uno, los demás no pueden ser.
El estilo de Rowling es, en un palabra, elegante. Describe con tino y sin resultar pesada, su escritura es clara y concisa, sabe transmitir a la perfección lo que quiere decir y no se anda por las ramas. Nada de eufemismos, directa a lo que tiene que contar. Para mí ha sido como redescubrir a una nueva autora, y me han entrado ganas de releer Harry Potter solo para comparar.
Es una novela que recomiendo muchísimo, con un mcguffin (la muerte de un personaje) que no es más que una excusa para mostrarnos a una sociedad obcecada en los ideales propios y cerrada a la opinión de los demás. Un reflejo humano de las múltiples maneras de afrontar los problemas que pueden azotar a un pequeño pueblo.
Lo que Rowling nos muestra es la cara menos humana y humilde de una sociedad en la que importa más mirarse el ombligo que pensar en lo que le pueda estar pasando al vecino. La trama general gira en torno a la muerte de un concejal que era más o menos querido por todos. Claro está que no faltan sus férreos enemigos, la familia Mollison, cuyas ideas contrarias a las del fallecido hacen celebrar la noticia de su muerte como la ocasión perfecta para que el menor de la familia se haga con el cargo. De igual modo están los que le apoyan, el matrimonio de los Wall; para Colin, Barry era su mejor amigo y la mejor manera de hacerle justicia es luchar por sus ideales: conseguir que los Prados sigan perteneciendo a Pagford y no a la ciudad de Yarvil.Porque los Prados siempre han sido una urbanización conflictiva, una zona residencial en la que se agrupan las familias menos pudientes, entre ellas, la de los Weedon. Barry hizo mucho por la hija menor, Krystal, que sin embargo es despreciada por la mayoría del pueblo por ser una liante en el instituto; pocos han sido los niños a los que Krystal no ha pegado o insultado. Que su madre sea drogadicta no ayuda a que tenga una mejor imagen, pero todavía hay quien se preocupa por esta familia desestructurada.
A estos variopintos personajes se les unen muchos otros que conforman una imagen perfecta de lo que supone vivir en un pueblo como Pagford. Sin duda, Rowling no deja de preocuparse por la visión más sincera de todo esto, la de los adolescentes. Si bien sus padres pueden estar peleándose entre ellos por cuestiones burocráticas, a los chicos y chicas de este pueblo no les puede preocupar lo más mínimo.
El estilo de Rowling es, en un palabra, elegante. Describe con tino y sin resultar pesada, su escritura es clara y concisa, sabe transmitir a la perfección lo que quiere decir y no se anda por las ramas. Nada de eufemismos, directa a lo que tiene que contar. Para mí ha sido como redescubrir a una nueva autora, y me han entrado ganas de releer Harry Potter solo para comparar.
Es una novela que recomiendo muchísimo, con un mcguffin (la muerte de un personaje) que no es más que una excusa para mostrarnos a una sociedad obcecada en los ideales propios y cerrada a la opinión de los demás. Un reflejo humano de las múltiples maneras de afrontar los problemas que pueden azotar a un pequeño pueblo.
Veredicto:
J.K. Rowling vuelve a demostrar que es una de las escritoras con más potencial de nuestra época.
Nota:
0 idea(s) :
Deja un comentario