Autor: James DashnerTítulo original: The Death CureEditorial: NocturnaPáginas: 449ISBN: 9788493975036
«MÁTAME. SI ALGUNA VEZ HAS SIDO MI AMIGO, MÁTAME».
Desde hace tres semanas, Thomas vive en una habitación sin ventanas, de un blanco resplandeciente y siempre iluminada. Sin reloj y sin contacto con nadie, más allá de las tres bandejas de comida que alguien le lleva a diario (aunque a horas distintas, como para desorientarle).
Al vigésimo sexto día, la puerta se abre y un hombre le conduce a una sala llena de viejos amigos.
—Muy bien, damas y caballeros. Estáis a punto de recuperar todos vuestros recuerdos. Hasta el último de ellos.
Tenía muchas ganas de terminar por fin esta trilogía porque no había manera de que James Dashner aclarase las cosas en los anteriores libros. La cura mortal empieza en el estilo de los anteriores. No acaban de encajar conmigo este tipo de inicios, realmente se me hacen muy densos y me da la sensación de que todo es repetitivo.
Hay algo que he llegado a odiar de estos libros y es que los personajes repiten las cosas una y otra vez y nunca aclaran nada. Thomas muchas veces siente que no puede confiar en nadie porque ninguno le clarifica las cosas de una vez por todas, y eso se transmite en el lector. A mí esto me ha resultado realmente tedioso en toda la saga, sobre todo en estos dos últimos libros, y lo considero un gran fallo porque no se puede jugar con el lector de esta manera (éste debe de tener, por lo menos, una pequeña ventaja en la lectura con respecto a los protagonistas), porque sino el autor puede acabar dando la sensación de que se está sacando cosas de la manga.
Quitando este detalle, debo decir que me ha parecido un buen final, cosa que no me ha pasado con muchas sagas. Cierra bastante bien la trama y lo hace de la manera que a mí me gusta: no todo es o blanco o negro, ni los buenos son tan buenos ni los malos, tan malos. Es algo de lo que se da cuenta Thomas y que queda plasmado muy bien en la novela, lo cual me ha parecido interesante resaltar porque los maniqueísmos, y más en las novelas juveniles, son bastante comunes.
Thomas ha sido un personaje al que nunca terminé de coger el gusto. En esta tercera parte, además, me ha dado la sensación de que estaba más insoportable que de costumbre, pero por lo menos ha actuado como debía hacerlo. Eso sí, Dashner ha matado a unos cuantos personajes, y a uno en particular, que me rompieron el alma. La manera en como lo narra ha sido bastante cruda pero certera, y ha sabido llevar a cabo las "ejecuciones" bastante bien.
En conjunto es un buen broche para la saga, pero debo decir que, aunque por separado los libros funcionen, es cierto que la saga podría haberse resumido en dos libros, porque hay partes que aportan dinamismo a la trama, pero nada nuevo. Los últimos libros pierden esa magia que tenía el primero, pero salen airosos por su cuenta.
Hay algo que he llegado a odiar de estos libros y es que los personajes repiten las cosas una y otra vez y nunca aclaran nada. Thomas muchas veces siente que no puede confiar en nadie porque ninguno le clarifica las cosas de una vez por todas, y eso se transmite en el lector. A mí esto me ha resultado realmente tedioso en toda la saga, sobre todo en estos dos últimos libros, y lo considero un gran fallo porque no se puede jugar con el lector de esta manera (éste debe de tener, por lo menos, una pequeña ventaja en la lectura con respecto a los protagonistas), porque sino el autor puede acabar dando la sensación de que se está sacando cosas de la manga.
Quitando este detalle, debo decir que me ha parecido un buen final, cosa que no me ha pasado con muchas sagas. Cierra bastante bien la trama y lo hace de la manera que a mí me gusta: no todo es o blanco o negro, ni los buenos son tan buenos ni los malos, tan malos. Es algo de lo que se da cuenta Thomas y que queda plasmado muy bien en la novela, lo cual me ha parecido interesante resaltar porque los maniqueísmos, y más en las novelas juveniles, son bastante comunes.
Thomas ha sido un personaje al que nunca terminé de coger el gusto. En esta tercera parte, además, me ha dado la sensación de que estaba más insoportable que de costumbre, pero por lo menos ha actuado como debía hacerlo. Eso sí, Dashner ha matado a unos cuantos personajes, y a uno en particular, que me rompieron el alma. La manera en como lo narra ha sido bastante cruda pero certera, y ha sabido llevar a cabo las "ejecuciones" bastante bien.
En conjunto es un buen broche para la saga, pero debo decir que, aunque por separado los libros funcionen, es cierto que la saga podría haberse resumido en dos libros, porque hay partes que aportan dinamismo a la trama, pero nada nuevo. Los últimos libros pierden esa magia que tenía el primero, pero salen airosos por su cuenta.
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