Autor: Joseph ConradTítulo original: Heart of DarknessEditorial: AlianzaPáginas: 208ISBN: 9788420678412
Cae la noche sobre Londres y mientras tanto, detenida en el Támesis, una pequeña embarcación aguarda el reflujo de la marea para salir a mar abierto. En medio de la oscuridad y del perezoso silencio de la espera, Charles Marlowe evoca los tiempos en que, empleado como capitán de un vapor fluvial por la compañía comercial encargada de explotar económicamente un vasto territorio en el centro de África atravesado por un caudaloso río, tuvo que remontarlo en busca del enigmático Kurtz, un agente de la Compañía que emprendió el mismo viaje y que parece haber sido devorado por la selva
El corazón de las tinieblas ha sido el último libro que he leído en el 2017, y el que más me ha costado. A pesar de ser una novela muy corta (mi edición apenas llegaba a las 150 páginas), se trata de una lectura densa y no siempre amena.
Lo que más se me ha atragantado de este extenso monólogo de Marlowe, es lo reiterativo de la "trama". El narrador cuenta la larga travesía que hizo en una expedición pasada que terminó con el encuentro de Kurtz, un agente de la misma compañía que ha provocado en él un gran misterio y expectativas por conocerle. La trama se queda en un continuo viajar del protagonista, que poco a poco va encontrándose con obstáculos durante el camino hasta que consigue llegar hasta Kurtz.
Pero en todo este viaje Marlowe no hace más que describirnos a las salvajes criaturas que habitan las profundidades del África que surcan, un discurso bastante difícil de leer, que parece verse defendido con el tema de la colonización de las tierras de estas personas y la apropiación del marfil.
No puedo negar que Conrad tiene una pluma excelente, su prosa está plagada de metáforas, alegorías, y el autor tiene una capacidad increíble de crear imágenes muy precisas a través de la reiteración de ciertos motivos (las sombras, la corriente del río, los tambores, las tinieblas...). De este libro me quedo con este aspecto, y también con la crítica entre líneas que se puede sacar de esta corta pero potente narración.
Lo que más se me ha atragantado de este extenso monólogo de Marlowe, es lo reiterativo de la "trama". El narrador cuenta la larga travesía que hizo en una expedición pasada que terminó con el encuentro de Kurtz, un agente de la misma compañía que ha provocado en él un gran misterio y expectativas por conocerle. La trama se queda en un continuo viajar del protagonista, que poco a poco va encontrándose con obstáculos durante el camino hasta que consigue llegar hasta Kurtz.
Pero en todo este viaje Marlowe no hace más que describirnos a las salvajes criaturas que habitan las profundidades del África que surcan, un discurso bastante difícil de leer, que parece verse defendido con el tema de la colonización de las tierras de estas personas y la apropiación del marfil.
No puedo negar que Conrad tiene una pluma excelente, su prosa está plagada de metáforas, alegorías, y el autor tiene una capacidad increíble de crear imágenes muy precisas a través de la reiteración de ciertos motivos (las sombras, la corriente del río, los tambores, las tinieblas...). De este libro me quedo con este aspecto, y también con la crítica entre líneas que se puede sacar de esta corta pero potente narración.
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