domingo, 30 de octubre de 2011

La naranja mecánica, Anthony Burgess

-Autor: Anthony Burgess

-Título originalA clockwork orange

-Editorial: Booket

-Páginas: 224

-ISBN978-84-450-7723-8


Sinopsis:

La naranja mecánica cuenta la historia del nadsat-adolescente Alex y sus tres drugos-amigos en un mundo de crueldad y destrucción. Alex tiene los principales atributos humanos: amor a la agresión, amor al lenguaje, amor a la belleza. Pero es joven y no ha entendido aún la verdadera importancia de la libertad, la que disfruta de un modo violento. En cierto sentido vive en el edén, y sólo cuando cae (como en verdad le ocurre, desde una ventana) parece capaz de llegar a transformarse en un verdadero ser humano.


Alex es un chico de quince años que se dedica a delinquir por las calles junto con sus amigos (o drugos) Pete, Georgie y Lerdo. Casi como una especie de ritual, todas las noches empiezan bebiendo en sus bares favoritos para luego comenzar con sus fechorías trasnochadoras: roban, se enzarzan en peleas, pegan a cualquier individuo que se cruce con ellos, violan, asaltan casas...

Todo esto es normal para Alex, llegando al punto de que sus acciones le hacen sentir bien, y si hay alguna cosa mejor que destrozar la vida a las personas, esa es la música; y no cualquier música: Alex es amante de Bach, Mozart, Beethoven...

Una de sus fechorías terminará con la muerte de una anciana, conduciendo esto a su condena en la prisión. Allí se está llevando a cabo el desarrollo de una técnica conocida como Ludovico, y que según el Gobierno consigue en sólo un par de semanas que un delincuente salga perfectamente rehabilitado. Alex permite utilizarse como conejillo de indias, pero lo que no sabe es que esta técnica lo convertirá en una máquina a merced de lo socialmente aceptado, un individuo sin capacidad de elección al que le han arrebatado cualquier forma de identidad.

      Opinión Personal      

Que La naranja mecánica es un clásico literario casi de lectura obligada ya lo sabía, al igual que conocía su adaptación cinematográfica llevada a cabo por Stanley Kubrick (¡qué maravilla de película!), pero lo que no sabía es que este libro me fuese a gustar tanto.

La novela está narrada por Alex, en primera persona, y aunque las escenas descritas y algunas situaciones no sean de lo más agradable, Alex nos cuenta su historia de manera retrospectiva, casi como avergonzándose de algunos hechos. Esto es algo que se percibe sutilmente, y que cobra sentido en el último capítulo, ese trozo de libro que fue descartado en sus primeras ediciones a lo largo de muchos países, y que a mi parecer le da una visión completamente distinta al libro. No es que ese capítulo cambie por completo la historia, pero todo sobre lo que Burgess nos quiere hacer reflexionar no tiene su completo sentido si no leemos esas páginas finales.

A pesar de ser un libro que se lee en nada y menos, su lectura se alarga debido al uso del vocabulario nadsat o adolescente que Alex utiliza. Pero esto, a mi parecer, le da un toque distintivo a la novela, pues nos hace meternos más en la piel del protagonista, y a partir de unos cuantos capítulos no hace falta ni consultar el glosario final. Además, el autor recurre en numerosas ocasiones a onomatopeyas, y no sigue las reglas en cuanto a la forma de escribir las conversaciones.

De los personajes sólo se puede hablar de Alex, pues los demás son meras figuras de las cuales recibimos impresiones a partir del juicio de Alex, por lo tanto no podemos formarnos una opinión muy personal de ellos. El protagonista, a pesar de todo lo que hace y las atrocidades que comete, es un chico inteligente con una idea no muy desencaminada de la sociedad en la que vive, sabe apreciar la belleza y el arte, y sin embargo tenemos la sensación de que el mal está de manera intrínseca en su cuerpo, forma parte de su racionalidad.

La verdadera función reflexiva de la novela radica en ese punto: ¿se puede obligar a una persona a hacer el bien?, ¿hasta qué punto somos libres de hacer lo que queremos?, ¿la sociedad nos crea, nos prohíbe hacer lo que de verdad deseamos?... y, lo más importante, si no puedo optar entre hacer el bien y el mal, si sólo puedo actuar de manera correcta, ¿dónde queda mi capacidad de elección?. Todas estas cuestiones se destapan en el momento en que Alex es sometido a la técnica atroz que le hará odiar cualquier acto violento o políticamente incorrecto. Sin embargo, sabemos que la maldad sigue en el cuerpo de Alex, y que lo que se necesita para cambiar la conducta de una persona es una evolución moral, y no una imposición.

Con un ritmo rápido y una lectura sencilla y muy accesible, Burgess nos propone un paseo por los valores éticos y las reflexiones más antiguas y básicas del ser humano. Completamente diferente a lo que hayas leído antes y a la misma vez ameno, La naranja mecánica es totalmente recomendable e imprescindible, al igual que la película homónima. Y toda esa cala.

Veredicto:

La novela es buena por la historia, por la escritura, por la originalidad... y por las reflexiones morales y éticas.

Nota:

Páginas:
Web dedicada al autor

3 idea(s) :

Emperatriz dijo...

Hola, que bello tu blog, aprovecho para invitarte al mio ^^ y de paso preguntarte si te gustaria afiliarte conmigo?

Besos

Anónimo dijo...

ho! este libro es un infaltable que tengo que tener!!

Eli dijo...

este libro es mi eterno pendiente xD