-Editorial: SM -Páginas: 240 -ISBN: 978-84-675-4808-2 |
María y Jorge tienen una cosa clara: se quieren. Y se lo dicen de mil maneras: Jorge con sus dibujos, María en su blog y sus cartas. Pero eso, que parece tan fácil, se complica si le añadimos madres famosas, paparazzi y gente que opina sin conocerles. Para poder quererse en paz, Jorge y María deciden montar una campaña; pero no de publicidad, sino de privacidad. Porque su historia es esencial, y lo esencial es invisible a los ojos. |
A la urbanización de María han llegado unos nuevos vecinos. Pronto la chica le echa el ojo al chico, Jorge, y se enamora de él antes incluso de saber que su madre es la enemiga por antonomasia de la madre de María. Un culebrón, vamos, pero es lo que tiene estar a la cabecilla del sector económico: que los choques ideológicos son difíciles de ignorar.
Por eso Jorge y María no se pueden ver. Bueno, por eso y porque la prensa no los deja en paz. Los persigue, les roban su privacidad y distorsionan su realidad. Sin embargo los enamorados logran salvar estos obstáculos: María escribe a Jorge como sólo ella sabe, y Jorge dibuja a María todo aquello que no se puede decir con palabras.
Ahora queda por ver si el amor es más fuerte que las insaciables ansias de una sociedad ávida de cotilleos, o si por el contrario los medios de comunicación le harán la vida imposible a estos dos muchachos que no buscaban más que quererse entre ellos.
Por eso Jorge y María no se pueden ver. Bueno, por eso y porque la prensa no los deja en paz. Los persigue, les roban su privacidad y distorsionan su realidad. Sin embargo los enamorados logran salvar estos obstáculos: María escribe a Jorge como sólo ella sabe, y Jorge dibuja a María todo aquello que no se puede decir con palabras.
Ahora queda por ver si el amor es más fuerte que las insaciables ansias de una sociedad ávida de cotilleos, o si por el contrario los medios de comunicación le harán la vida imposible a estos dos muchachos que no buscaban más que quererse entre ellos.
Pomelo y limón es de estos libros sencillos y a la vez complejos que se cuelan entre las lecturas de la gente y que duran menos que una piruleta en una guardería. Su escritura tan amena y la escasa extensión del libro hacen que uno pida más, que no se termine... Pero toda historia tiene su final.
Qué historia más fresca, qué delicia de personajes. María y Jorge son chicos normales, no son perfectos, no siempre llevan la razón, y Begoña Oro consigue que los recibamos como cualquier chico o chica de nuestro barrio. Y así es, porque, sin muchas descripciones físicas, los personajes, algunos en mayor y otros en menor medida, tienen su cabida en esta historia en la que ningún secundario sobra. Uno se puede sentir identificado rápidamente con cualquiera de los protagonistas, y eso no lo consiguen todos los autores, o ¿cuántas veces hemos odiado al cabecilla de libro por su insoportable personalidad? No es este el caso, pues aunque sus pensamientos sean de lo más sencillos, también son profundos: sufren, se apasionan, meditan y reaccionan.
La historia es de lo más original, y aunque no pretende adoctrinar, sí nos recuerda que el tema de las redes sociales puede ser muy peligroso. Lamentablemente, me he identificado con aquellas personas que siguen la pista a algunos famosos y quieren saberlocasitodo sobre ellos, y la autora nos hace ver lo arriesgado de introducirse en la privacidad de otros y de utilizar la vida de los demás como ocio para nosotros. Volviendo al tema de la trama; no cabe duda de que hemos leído y visto miles de veces historias de amor entre adolescentes, pero estoy segura de que nadie expresa los dilemas de los protagonistas como lo hace Begoña; y es que una imagen vale más que mil palabras, y Jorge cuenta más en uno de sus dibujos que en mil párrafos de cualquier novela romántica. Los detalles de su situación se nos desvelan a cuentagotas, y más de una sorpresa me he llevado al leer la vuelta de tuerca que tomaba la historia. Sí, es la historia de siempre, pero contada de una manera innovadora.
La retórica de Begoña Oro está cuidada al dedillo, y nos deleita con metáforas y palabras escogidas exclusivamente para que lo que se cuente quede cien veces mejor expresado que lo que en realidad quiere significar. Vuelvo a lo mismo de antes: la historia no es nueva, pero es la manera de contarla y de llevarnos por ella la que la hace única. Y tanto da que sea el narrador en tercera persona el que nos relate la historia como la simplicidad de las propias palabras de María en su blog, pues cualquiera de las dos maneras de narrar se adecuan perfectamente y se complementan.
He estado dudando si darle la nota redonda o no un buen rato. Es cierto que me lo leí en un visto y no visto, pero el libro no se salva de un milinésimo fallo. Cuando uno empieza a leer, no sabe bien en qué lugar se encuentra, de qué le hablan, hacia donde se dirige. No es esta la sensación de intriga que te lleva a continuar con la lectura, no; es esa sensación de pensar que te has perdido parte de la historia. Y vuelves páginas hacia atrás, te lee líneas salteadas, pero no encajas bien las piezas. Para mí ha sido un poco caótico el principio, aunque luego hacia la mitad se encarrila bien y todo cobra sentido.
No tengáis miedo de probarla si os tiene caparazón de lectura demasiado infantil, pues estoy segura de que cualquiera puede apreciar la belleza de las palabras con que relata Begoña Oro y de los sentimientos plasmados por los protagonistas.
La historia es de lo más original, y aunque no pretende adoctrinar, sí nos recuerda que el tema de las redes sociales puede ser muy peligroso. Lamentablemente, me he identificado con aquellas personas que siguen la pista a algunos famosos y quieren saberlo
La retórica de Begoña Oro está cuidada al dedillo, y nos deleita con metáforas y palabras escogidas exclusivamente para que lo que se cuente quede cien veces mejor expresado que lo que en realidad quiere significar. Vuelvo a lo mismo de antes: la historia no es nueva, pero es la manera de contarla y de llevarnos por ella la que la hace única. Y tanto da que sea el narrador en tercera persona el que nos relate la historia como la simplicidad de las propias palabras de María en su blog, pues cualquiera de las dos maneras de narrar se adecuan perfectamente y se complementan.
No tengáis miedo de probarla si os tiene caparazón de lectura demasiado infantil, pues estoy segura de que cualquiera puede apreciar la belleza de las palabras con que relata Begoña Oro y de los sentimientos plasmados por los protagonistas.
Web oficial de la autora
3 idea(s) :
Que ganas le tengo a este libro *u*
Buena reseña!
Besos n.n
Yo estoy con este ahora mismo y me esta gustando mucho
No soy amante precisamente de la novela juvenil pero Pomelo y limón ha tenido tan buenas reseñas que me está costando resistirme a su lectura.
Sobre todo me gusta que sea así como dices fresca, sencilla y que enganche.
Un beso
Dácil
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