-Autor: Cecelia Ahern
Lou Suffern es un ejecutivo de éxito que no empatiza para nada con el espíritu navideño. Es el clásico adicto al trabajo que nunca tiene un minuto libre y le dedica poquísimo tiempo a su mujer y a sus hijos. Una mañana, en un asombroso ataque de generosidad, compra un café y le ofrece un trabajo a Gabe un vagabundo que se sienta cada mañana en la puerta de su oficina. Pero cuando Gabe se empieza a entrometer demasiado en la vida de Lou, piensa que todo ha sido un error….
Lou vive en un mundo donde obtener el mayor éxito empresarial es el objetivo a alcanzar. La familia y los amigos son secundarios, y aunque no lo quiera admitir, sabe que se engaña a sí mismo priorizando conceptos. Su acto menos ególatra ha sido ofrecerle empleo al vagabundo que todas las mañanas se sienta en la entrada de su edificio, Gabe. No es hasta que su nuevo compañero se empieza a entrometer demasiado en su vida que se da cuenta de que no ha sido la mejor idea. Además de luchar por el nuevo puesto en su trabajo, a Lou le viene como un peso a los hombres hacerse cargo de sus hijos, atender a su esposa Ruth y preparar el cumpleaños de su padre, pero Gabe le dará la solución a todos sus problemas.
Hace unos años que gané este libro en un concurso y no es hasta hace unos meses que decidí leerlo porque la novela me tenía pinta de pastelosidad con charlatanería barata aunque auguraba una lectura amena. La verdad es que ha sido una sorpresa no encontrarme con tan exagerada propuesta pero los tintes moralizantes no se los quita nadie.
Me ilusioné mucho al empezar a leer porque la historia, a pesar de ser bastante convencional (hombre de negocios que desatiende a su familia), estaba contada de otro modo y además se le añadía el aliciente de misterio que venía de la mano del personaje de Gabe. Había por lo tanto un buen comienzo, un buen planteamiento y el plus de que la historia estaba ambientada en la época navideña pero sin ser por ello el motivo de que las cosas fuesen de color de rosa.
El problema llega cuando la historia no da más de sí, da vueltas sin llegar a ningún lado y Gabe se convierte en un insoportable grano en el culo que además dibuja un interrogante sin resolver. Y Lou, tan pragmático siempre, pasa a reaccionar ante los hechos más insólitos de la manera más natural. A mí es que cuando los personajes cambian y no siguen sus carácter me descoloca, y más si se trata de los principales. A Ruth, la mujer de Lou, la zarandearía por lo tonta que es pero por lo menos mantiene su forma de ser hasta el final de la novela, cosa que no pasa con su marido.
La historia es bastante ágil y alterna dos líneas temporales (la del presente es menor y externa a la trama principal en sí) que crean expectativas que lamentablemente no se resuelven, o lo hacen de manera insatisfactoria. La trama engancha porque quieres saber hasta qué derroteros llevan las aventuras de Lou, pero como he dicho, la cosa se desinfla al repetirse el juego una y otra vez y no llegar a buen puerto.
Debo decir que el final final no me lo esperaba, aunque la moraleja era prescindible y ha estropeado en buena parte la puntuación del libro: aprovecha el tiempo, pásalo con tus seres queridos, no te mates a trabajar... Aparte de ser una ñoñería innecesaria a ciertas edades, me parece filosofía de la barata. Es que la novela tiene un par de párrafos al final tan de responder con un ''no me comas el tarro, señorita sabelotodo'' que... en fin.
En resumidas cuentas, la historia tiene mucho gancho, y creo que de verdad se le habría podido sacar mucho partido si se resolviesen esos detalles inconclusos. Empezó muy bien y la autora tiene un estilo muy sencillo pero bastante personal, lástima que la doctrina del interior haga descarrilar a un tren que se conducía con bastante tino. Seguro que hay gente a la que este tipo de mensajes les abre los ojos a una realidad totalmente nueva y desconocida, les toque el alma y cambie su manera de ver las relaciones humanas; en ese caso, este libro es la novela perfecta.
Me ilusioné mucho al empezar a leer porque la historia, a pesar de ser bastante convencional (hombre de negocios que desatiende a su familia), estaba contada de otro modo y además se le añadía el aliciente de misterio que venía de la mano del personaje de Gabe. Había por lo tanto un buen comienzo, un buen planteamiento y el plus de que la historia estaba ambientada en la época navideña pero sin ser por ello el motivo de que las cosas fuesen de color de rosa.
El problema llega cuando la historia no da más de sí, da vueltas sin llegar a ningún lado y Gabe se convierte en un insoportable grano en el culo que además dibuja un interrogante sin resolver. Y Lou, tan pragmático siempre, pasa a reaccionar ante los hechos más insólitos de la manera más natural. A mí es que cuando los personajes cambian y no siguen sus carácter me descoloca, y más si se trata de los principales. A Ruth, la mujer de Lou, la zarandearía por lo tonta que es pero por lo menos mantiene su forma de ser hasta el final de la novela, cosa que no pasa con su marido.La historia es bastante ágil y alterna dos líneas temporales (la del presente es menor y externa a la trama principal en sí) que crean expectativas que lamentablemente no se resuelven, o lo hacen de manera insatisfactoria. La trama engancha porque quieres saber hasta qué derroteros llevan las aventuras de Lou, pero como he dicho, la cosa se desinfla al repetirse el juego una y otra vez y no llegar a buen puerto.
Debo decir que el final final no me lo esperaba, aunque la moraleja era prescindible y ha estropeado en buena parte la puntuación del libro: aprovecha el tiempo, pásalo con tus seres queridos, no te mates a trabajar... Aparte de ser una ñoñería innecesaria a ciertas edades, me parece filosofía de la barata. Es que la novela tiene un par de párrafos al final tan de responder con un ''no me comas el tarro, señorita sabelotodo'' que... en fin.
En resumidas cuentas, la historia tiene mucho gancho, y creo que de verdad se le habría podido sacar mucho partido si se resolviesen esos detalles inconclusos. Empezó muy bien y la autora tiene un estilo muy sencillo pero bastante personal, lástima que la doctrina del interior haga descarrilar a un tren que se conducía con bastante tino. Seguro que hay gente a la que este tipo de mensajes les abre los ojos a una realidad totalmente nueva y desconocida, les toque el alma y cambie su manera de ver las relaciones humanas; en ese caso, este libro es la novela perfecta.
Veredicto:
Cecelia Ahern tenía una historia con potencial y la desperdició intentando concienciar al lector con valores manidos. Por lo demás, una lectura rápida y entretenida.
Nota:
2 idea(s) :
Hay pocas cosas peores que los personajes que mudan de personalidad como quien se cambia los zapatos. Hay casos verdaderamente surrealistas de todo esto, y a mí en lo personal me cabrea muchísimo leerlo.
Me gusta mucho la autora, aunque este no es de sus mejores lubros.
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