-Autor: Lisa McMann-Título original: Gone-Editorial: Everest-Páginas: 224-ISBN: 9788444146270
Por primera vez en años, Janie se va de vacaciones. Está pasando unos días en la cabaña del lago que tiene el hermano de Cabe, lejos de su madre alcohólica y del revuelo que ha causado en el pueblo la revelación de que ella trabaja para la policía. Por suerte, ya puede dejar de esconder su relación con Cabe y el año que viene comienza la universidad, lejos del pueblo. Por desgracia sus poderes le evitan llevar una vida normal, y tras un par de incidentes con sueños en los que Cabe no reacciona como ella espera, Janie comienza a tener dudas. Pero todo deja de tener importancia cuando Janie recibe una llamada de Carrie en la que su amiga le informa que ha tenido que llevar a su madre al hospital. Janie y Cabe vuelven corriendo para descubrir que no es la madre de Janie la que está ingresada, sino su padre, al que Janie jamás conoció ya que abandonó a su madre antes de que ella naciera. El padre está en coma, y la única persona que aparece en los papeles médicos que hay en su casa es su madre, que no quiere saber nada del tema .Sospecha que su padre podría ser como ella y tener la habilidad de entrar en los sueños de los demás, así que comienza a investigar su vida y su pasado para intentar descifrar su propio futuro.
Janie es la estupa oficial del pueblo y los cuchicheos por el vecindario van a durar lo que queda de verano, así que decide pasar una semana con su novio Cabel alejada de todo el mundo. Pero las cosas se tuercen cuando su amiga Carrie la llama para que regrese: su padre, Henry, del que nunca había tenido constancia, está en coma. Como la madre de Janie es una alcohólica que no quiere saber nada de nadie, tendrá que ser ella quien se encargue de él.
La vida de Janie nunca ha sido un lecho de flores y mucho menos ahora, que se encuentra entre la espada y la pared para determinar su futuro: trabajar para la policía y dejar que su cuerpo se deteriore junto a Cabel, o aislarse de todos y conservar su salud. Pero lo que ella no sabe es que su padre todavía tiene una clave por desvelarle, y la única manera de averiguarla es adentrándose en sus sueños.
La vida de Janie nunca ha sido un lecho de flores y mucho menos ahora, que se encuentra entre la espada y la pared para determinar su futuro: trabajar para la policía y dejar que su cuerpo se deteriore junto a Cabel, o aislarse de todos y conservar su salud. Pero lo que ella no sabe es que su padre todavía tiene una clave por desvelarle, y la única manera de averiguarla es adentrándose en sus sueños.
Por fin termino la saga de La Cazadora de Sueños, una trilogía que me ha gustado pero que en general ha ido decayendo. En esta última parte, Janie se tiene que enfrentar a sus demonios internos y decidir qué hacer con su vida, si bien pasarla al lado de Cabel o vivir como una ermitaña. A esto se le suma la inminente a aparición de su padre, en estado catatónico. A la pobre Janie se le acumulan los problemas irremediablemente.
Me paro a pensarlo y, aunque es una novela que sigue en la línea de las anteriores por su ligereza y su manera de enganchar al lector, le ha faltado una trama secundaria (o principal) que contrarrestase la del padre de Janie. Lo cierto es que la vida de Henry y todo lo que lo rodea, lo que descubre la protagonista a lo largo del libro, es muy interesante y da un pequeño giro hacia el final que repercute directamente en Janie, pero si hay algo que me gustó en los otros libros es que, además de los propios problemas que tiene en su casa con su madre, la acción giraba entorno a un problema externo que iba descubriendo poco a poco. Eso es exactamente lo que me ha flojeado en esta tercera parte.
Es un buen final porque aunque no deja todo cerradísimo, las cuestiones principales quedan resueltas y se pone punto y final sin que todo sea perfecto, lo que me ha gustado mucho porque esta trilogía nunca se ha caracterizado por ser ''bonita''. Janie siempre ha tenido problemas con su madre alcohólica y su propio destino de cazadora de sueños. Su personaje me parece muy real y más atractivo que el de la típica protagonista que vive una vida normal normalísima y de repente se ve inmersa en un asunto en ekl que ha caído de rebote. Janie es más humana y fuerte, sufre mucho y presenta conflictos duros. Lo cierto es que tengo predilección por los protagonistas desestructurados.
El único personaje nuevo que aparece es Henry, el padre de Janie, y su construcción me ha gustado mucho porque pasa de ser un extraño, de que nos infunda desconfianza, a convertirse en una persona totalmente diferente a nuestros ojos sin apenas estar vivo. Eso dice mucho de las apariencias y los prejuicios, de las segundas oportunidades y del valor por conocer el pasado, parte que me ha resultado muy enriquecedora para la trilogía.
Por último, decir que Lisa McMann sigue en sus trece al escribir de manera tan concisa y punzante, cosa que en Sueña no me había gustado demasiado, pero reconozco que no es una decisión tomada a la torera y que casa bien con el tono y el ambiente de los libros. Recomiendo la trilogía, es diferente a las historias a las que estamos acostumbrados, ya que mezcla muy bien la fantasía con lo real sin llegar a ser algo totalmente inverosímil, y la protagonista Janie no tiene desperdicio.
Me paro a pensarlo y, aunque es una novela que sigue en la línea de las anteriores por su ligereza y su manera de enganchar al lector, le ha faltado una trama secundaria (o principal) que contrarrestase la del padre de Janie. Lo cierto es que la vida de Henry y todo lo que lo rodea, lo que descubre la protagonista a lo largo del libro, es muy interesante y da un pequeño giro hacia el final que repercute directamente en Janie, pero si hay algo que me gustó en los otros libros es que, además de los propios problemas que tiene en su casa con su madre, la acción giraba entorno a un problema externo que iba descubriendo poco a poco. Eso es exactamente lo que me ha flojeado en esta tercera parte.
Es un buen final porque aunque no deja todo cerradísimo, las cuestiones principales quedan resueltas y se pone punto y final sin que todo sea perfecto, lo que me ha gustado mucho porque esta trilogía nunca se ha caracterizado por ser ''bonita''. Janie siempre ha tenido problemas con su madre alcohólica y su propio destino de cazadora de sueños. Su personaje me parece muy real y más atractivo que el de la típica protagonista que vive una vida normal normalísima y de repente se ve inmersa en un asunto en ekl que ha caído de rebote. Janie es más humana y fuerte, sufre mucho y presenta conflictos duros. Lo cierto es que tengo predilección por los protagonistas desestructurados.
El único personaje nuevo que aparece es Henry, el padre de Janie, y su construcción me ha gustado mucho porque pasa de ser un extraño, de que nos infunda desconfianza, a convertirse en una persona totalmente diferente a nuestros ojos sin apenas estar vivo. Eso dice mucho de las apariencias y los prejuicios, de las segundas oportunidades y del valor por conocer el pasado, parte que me ha resultado muy enriquecedora para la trilogía.
Por último, decir que Lisa McMann sigue en sus trece al escribir de manera tan concisa y punzante, cosa que en Sueña no me había gustado demasiado, pero reconozco que no es una decisión tomada a la torera y que casa bien con el tono y el ambiente de los libros. Recomiendo la trilogía, es diferente a las historias a las que estamos acostumbrados, ya que mezcla muy bien la fantasía con lo real sin llegar a ser algo totalmente inverosímil, y la protagonista Janie no tiene desperdicio.
Veredicto:
Un final adecuado, al cuál podría habérsele sacado más jugo, pero que hace justicia a la trilogía.
4 idea(s) :
Hace tiempo que leí esta trilogía estuvo entretenida ^^
Besitos
A mi no me llama demasiado estos libros..
Yo leí la trilogía hace tiempo y recuerdo que el tercero fue el que menos me gustó, fíjate que son libros finitos pero se me hizo muy pesado... :S
Un beso!
Es una de las sagas que tengo pendiente de empezar.
Besotes!!
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