-Autor: Stephen King-Título original: Salem's Lot-Editorial: Debolsillo-Páginas: 528-ISBN: 9788497931021
Veinte años atrás, por una apuesta infantil, Ben Mears entró en la casa de los Marsten. Y lo que vio entonces aún publa sus pesadillas. Ahora, como escritor consagrado, vuelve a Salem's Lot para exorcizar sus fantasmas. Salem's Lot es un pueblo tranquilo y adormilado donde nunca pasa nada, excepto la vieja tragedia de la casa de los Marsten. Y el perro muerto colgado de la verja del cementerio. Y el misterioso hombre que se instaló en la casa de los Marsten. Y los niños que desaperecen, los animales que mueren desangrados. Y la espantosa presencia de Ellos, quienesquiera que sean Ellos.
Salem's Lot es un pueblecito en el que nunca ha sucedido nada destacable, a excepción del incendio de 1951. Sus habitantes no cuentan con otro recuerdo peor, pero ahora, casi treinta años después, el terror parece asolar las calles con la llegada de nuevos inquilinos: Ben Mears, un escritor que ha vuelto al pueblo en el que pasó parte de su infancia, y Straker, un misterioso hombre que ha llegado para establecer su negocio junto con un compañero... al que nadie ha visto todavía.
Stephen King ha vuelto, con su imaginario desmesurado, a tenerme enganchada hasta la última página con otro de sus libros. No sé cómo lo hace, es algo que escapa a mi percepción, pero con cada novela suya que leo más se consolida mi opinión sobre él: que es uno de los mejores escritores contemporáneos que ha parido el mundo. Porque sus historias no son solo de terror (ese género tan mancillado sea cual sea el ámbito en el que se trabaje), van más allá del simple miedo que nos obliga a apartar la mirada de una pantalla de cine en la que acaba de aparecer un monstruo a golpe de susto; el terror de Stephen King toca la fibra interior de los temores humanos más ocultos. Y de nuevo, ha vuelto a hacerlo con El misterio de Salem’s Lot.
La novela comienza su curso con la llegada de Ben Mears, el escritor protagonista, a Salem’s Lot, pueblo donde hace muchos años, cuando todavía era un niño, vivió una temporada; pueblo donde pasó los mejores años de su vida; pueblo donde le sucedió, sino la peor experiencia de su existencia, sí la que puebla sus pesadillas aún a día de hoy. Una pesadilla que tiene que ver con la abandonada casa de los Marsten, donde hace muchos años vivía un matrimonio que terminó en una catástrofe: asesinato y suicidio. Ben ha vuelto para escribir una nueva novela relacionada con ese recuerdo de su niñez, para sacárselo de encima, para pasar página. En Salem’s Lot Ben conoce a Susan Norton, una muchacha apasionada y amante de los libros de Ben, y pronto empiezan a salir. Pero la felicidad no les durará mucho, concretamente hasta que las misteriosas muertes empiecen a sucederse en el pueblo.
El misterio de Salem’s Lot, como en todos los libros que he leído de King, no se centra solo en sus protagonistas. Si hay algo que caracteriza a los libros de este autor es esa maravillosa y envidiable capacidad de dar vida a toda una comunidad, en este caso a crear el pueblo de Salem’s Lot hasta el punto de sentirte un habitante más. La cantidad de personajes que pueblan la novela, todos ellos pincelados de tal modo que no son meros secundarios, sino personajes imprescindibles para la creación de ese espacio en el que se desarrolla la novela, aportan un realismo apabullante y meritorio, pues el hecho de que dar forma a un pueblo entero, con su pasado histórico, y a su gente, con sus memorias y demonios, es una cualidad extraordinaria, que te conecta directamente con la historia y lo que ocurre en el libro.
Quizás porque ya lo sabía antes de empezar a leerlo, me esperaba cuál sería ese misterio de El misterio de Salem’s Lot. Un misterio que, pese a no ser nuevo y estar basado en la vieja historia de Bram Stoker, parte de un argumento original y dota a esos seres de la noche de una veracidad increíble, los pone en la vida de los personajes con la pizca de fantasía que necesita pero sin resultar ficticio. Los hace caminar por las mismas calles y convivir en sus mismas casas, no los aísla como monstruos intocables. Y el miedo que transmiten es un miedo ancestral e interno, un miedo que no se debe a la figura misma del monstruo; se trata de un miedo que destapa los terrores de siempre. Los personajes tienen miedo de esa figura porque esa figura les descubre los miedos que han sentido en toda una vida, desde que de pequeños no eran capaces de dormir con la puerta del armario abierta hasta la angustia de pudrirse en un pueblo de poco más de mil habitantes.
Terminado el libro me quedo con la sensación de haber discurrido en las doscientas última páginas por una aventura demasiado cabelleresca de lo que me esperaba, algo previsible. Eso no quita que se haya anotado unos tantos gracias a unos giros inesperados, unas muertes que no avecinaba y un final de los que me gustan, de esos que terminan con los protagonistas deshechos y poco esperanzados. Porque, ¿quién puede esperar un final feliz después de todos los horrores a los que han estado expuestos los personajes? Por eso me gusta Stephen King, porque aunque siempre se vuelva al ciclo inicial, nada vuelve a ser lo mismo, y el final no es más que una solución incierta. En El misterio de Salem’s Lot se nos anticipa este final desolador al comienzo del libro, y se vuelve a él con la sensación de haber cerrado un círculo que no tenía otra manera de terminar.
Podría hacer una lista de todos los personajes destacables del libro, como Mark, Eva Miller, Matt, la familia Norton, Mike Ryerson…, pero mentiría si no los incluyese a todos, porque están tan bien trabajados, tan bien construidos, que hasta aquellos a los que se les dedica poco más de dos páginas son reseñables. Stephen King es uno de mis escritores favoritos porque escribe de maravilla, narra como ningún otro y es capaz de discurrir por todos los parajes humanos. Leerlo es como adentrarse en una corriente de la que es difícil salir porque te atrapa y te obliga a continuar. Incluso al dejar de leer el libro uno siente la imperiosa necesidad de continuar, porque la historia te deja siempre con la mosca detrás de la oreja.
Recomiendo El misterio de Salem’s Lot como recomiendo cualquier libro de Stephen King. No creo que ninguno deje indiferente a nadie, y este seguro que no, porque recurre a una de las figuras más ancianas de la literatura de terror, pero con esa marca inconfundible de King.
La novela comienza su curso con la llegada de Ben Mears, el escritor protagonista, a Salem’s Lot, pueblo donde hace muchos años, cuando todavía era un niño, vivió una temporada; pueblo donde pasó los mejores años de su vida; pueblo donde le sucedió, sino la peor experiencia de su existencia, sí la que puebla sus pesadillas aún a día de hoy. Una pesadilla que tiene que ver con la abandonada casa de los Marsten, donde hace muchos años vivía un matrimonio que terminó en una catástrofe: asesinato y suicidio. Ben ha vuelto para escribir una nueva novela relacionada con ese recuerdo de su niñez, para sacárselo de encima, para pasar página. En Salem’s Lot Ben conoce a Susan Norton, una muchacha apasionada y amante de los libros de Ben, y pronto empiezan a salir. Pero la felicidad no les durará mucho, concretamente hasta que las misteriosas muertes empiecen a sucederse en el pueblo.
El misterio de Salem’s Lot, como en todos los libros que he leído de King, no se centra solo en sus protagonistas. Si hay algo que caracteriza a los libros de este autor es esa maravillosa y envidiable capacidad de dar vida a toda una comunidad, en este caso a crear el pueblo de Salem’s Lot hasta el punto de sentirte un habitante más. La cantidad de personajes que pueblan la novela, todos ellos pincelados de tal modo que no son meros secundarios, sino personajes imprescindibles para la creación de ese espacio en el que se desarrolla la novela, aportan un realismo apabullante y meritorio, pues el hecho de que dar forma a un pueblo entero, con su pasado histórico, y a su gente, con sus memorias y demonios, es una cualidad extraordinaria, que te conecta directamente con la historia y lo que ocurre en el libro.
Quizás porque ya lo sabía antes de empezar a leerlo, me esperaba cuál sería ese misterio de El misterio de Salem’s Lot. Un misterio que, pese a no ser nuevo y estar basado en la vieja historia de Bram Stoker, parte de un argumento original y dota a esos seres de la noche de una veracidad increíble, los pone en la vida de los personajes con la pizca de fantasía que necesita pero sin resultar ficticio. Los hace caminar por las mismas calles y convivir en sus mismas casas, no los aísla como monstruos intocables. Y el miedo que transmiten es un miedo ancestral e interno, un miedo que no se debe a la figura misma del monstruo; se trata de un miedo que destapa los terrores de siempre. Los personajes tienen miedo de esa figura porque esa figura les descubre los miedos que han sentido en toda una vida, desde que de pequeños no eran capaces de dormir con la puerta del armario abierta hasta la angustia de pudrirse en un pueblo de poco más de mil habitantes.
Terminado el libro me quedo con la sensación de haber discurrido en las doscientas última páginas por una aventura demasiado cabelleresca de lo que me esperaba, algo previsible. Eso no quita que se haya anotado unos tantos gracias a unos giros inesperados, unas muertes que no avecinaba y un final de los que me gustan, de esos que terminan con los protagonistas deshechos y poco esperanzados. Porque, ¿quién puede esperar un final feliz después de todos los horrores a los que han estado expuestos los personajes? Por eso me gusta Stephen King, porque aunque siempre se vuelva al ciclo inicial, nada vuelve a ser lo mismo, y el final no es más que una solución incierta. En El misterio de Salem’s Lot se nos anticipa este final desolador al comienzo del libro, y se vuelve a él con la sensación de haber cerrado un círculo que no tenía otra manera de terminar.
Podría hacer una lista de todos los personajes destacables del libro, como Mark, Eva Miller, Matt, la familia Norton, Mike Ryerson…, pero mentiría si no los incluyese a todos, porque están tan bien trabajados, tan bien construidos, que hasta aquellos a los que se les dedica poco más de dos páginas son reseñables. Stephen King es uno de mis escritores favoritos porque escribe de maravilla, narra como ningún otro y es capaz de discurrir por todos los parajes humanos. Leerlo es como adentrarse en una corriente de la que es difícil salir porque te atrapa y te obliga a continuar. Incluso al dejar de leer el libro uno siente la imperiosa necesidad de continuar, porque la historia te deja siempre con la mosca detrás de la oreja.
Recomiendo El misterio de Salem’s Lot como recomiendo cualquier libro de Stephen King. No creo que ninguno deje indiferente a nadie, y este seguro que no, porque recurre a una de las figuras más ancianas de la literatura de terror, pero con esa marca inconfundible de King.
1 idea(s) :
s. king rules !!!
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