Autor: Bram StokerTítulo original: DraculaEditorial: CátedraPáginas: 592ISBN: 9788437612010
Si hay un mito literario que haya alcanzado la universalidad a lo largo de este siglo, sin duda es el de Drácula, el arquetipo mismo del vampiro. Publicada a finales del siglo pasado y recibida todavía como una novela gótica tardía, sus repercusiones han desbordado con creces el ámbito cerrado del género. Gracias a una hábil amalgama de folklore e historia auténtica, Drácula ha sabido encarnar la esencia misma del vampirismo hasta convertirse en el epítome del personaje más popular de la ficción sobrenatural.
Qué bonito es reencontrarse con libros (libracos) que te gustaron tanto. Y qué bonito es que te vuelvan a gustar de la misma manera. Yo no soy muy dada a las relecturas pero, tanto por motivos académicos como por mis ganas de recordar una historia que había leído hace mucho, me adentré de nuevo en Drácula desde una perspectiva más reflexiva.
Puede que el grosor de la novela, e incluso el tema, eche para atrás a muchos lectores. Pero debo decir a su favor que, desde mi punto de vista, Drácula no es una novela de terror. Quizás en el siglo XIX la figura del vampiro tuviese un impacto más drástico en la sociedad, pero a día de hoy una historia como la de Stoker no creo que vaya a amedrentar a nadie, no cuando tenemos un imaginario del horror tan desarrollado y mancillado por películas, series y realidades atroces. Así que quitaos todos los prejuicios y, si todavía no habéis leído Drácula porque no os van "los libros de miedo", acceded a él desde otra perspectiva, entendedlo como la historia de un grupo de amigos que se enfrenta a sus propios temores encarnados en una figura externa.
Porque lo que subyace bajo esa figura aterradora del vampiro no es más que un reflejo de los miedos de la gente de aquella época: libertad sexual, paganismo, homosexualidad... Tanto el matrimonio Harker como la joven Lucy, pasando por Van Helsing, son unos personajes que se caracterizan por su profundas creencias religiosas y los valores de la burguesía. Drácula es el antagonista que llega para desestabilizar ese bienestar y lo hace bajo la forma de un ser temido por diferentes culturales desde tiempos inmemoriales: el vampiro.
Y sonará contradictorio, pero si hay algo que me gusta (tal vez porque, en el fondo, me hace mucha gracia) es esa honorabilidad de la que hacen gala todos y cada uno de los personajes de la historia. Todos ellos tienen un sentido del deber, y sobre todo del deber hacia el prójimo, que a mí me resulta fascinante porque nunca lo había visto tan exacerbado como en esta novela. Aunque también hay que reprocharle a Stoker la fortísima discriminación hacia la mujer, rayana en la misoginia. Resulta apabullante cómo se infravalora a la mujer hasta el punto de leer comentarios en los que se dice que Mina, por ser tan inteligente, tiene el cerebro de un hombre. Durante todo el libro se ven comentarios de este estilo, algunos más obvios que otros. Lo cierto es que no sé si Stoker lo hizo aposta, pero yo prefiero verlo desde el punto de vista de que estamos leyendo una novela escrita en otra época y que, pese a que no debemos hacer "oídos sordos", tampoco me parece bien ensañarse con este tema.
Por último, me gustaría destacar la acertada narración que elige Stoker para desarrollar la historia. Toda la novela está contada a través de diarios, cartas, telegramas y algunos recortes de periódicos que por un lado hacen más verídica la narración (aunque sepamos que es ficción) y por otra nos posibilita profundizar en los personajes sin necesidad de narrar en primera persona. Es más, el hecho de que se relate en su mayoría a través de diarios ayuda a que se expongan los sentimientos de los personajes de un modo más personal. Pienso que si la novela estuviese narrada de otro modo perdería muchísimo.
No he hablado apenas de la trama porque creo que todo el mundo sabe de qué va Drácula, o por lo menos de qué trata. Si no la habéis leído porque pensáis que al ser un clásico os va a resultar pesado, yo os digo que para nada. La narración es muy sencilla, no tiene complicación ninguna y es un libro lleno de acción y con una historia genialmente trabajada. Yo estoy segura de que volveré a releer Drácula en un futuro porque es de esas novelas que no pierden su encanto con el paso del tiempo.
Puede que el grosor de la novela, e incluso el tema, eche para atrás a muchos lectores. Pero debo decir a su favor que, desde mi punto de vista, Drácula no es una novela de terror. Quizás en el siglo XIX la figura del vampiro tuviese un impacto más drástico en la sociedad, pero a día de hoy una historia como la de Stoker no creo que vaya a amedrentar a nadie, no cuando tenemos un imaginario del horror tan desarrollado y mancillado por películas, series y realidades atroces. Así que quitaos todos los prejuicios y, si todavía no habéis leído Drácula porque no os van "los libros de miedo", acceded a él desde otra perspectiva, entendedlo como la historia de un grupo de amigos que se enfrenta a sus propios temores encarnados en una figura externa.
Porque lo que subyace bajo esa figura aterradora del vampiro no es más que un reflejo de los miedos de la gente de aquella época: libertad sexual, paganismo, homosexualidad... Tanto el matrimonio Harker como la joven Lucy, pasando por Van Helsing, son unos personajes que se caracterizan por su profundas creencias religiosas y los valores de la burguesía. Drácula es el antagonista que llega para desestabilizar ese bienestar y lo hace bajo la forma de un ser temido por diferentes culturales desde tiempos inmemoriales: el vampiro.
Y sonará contradictorio, pero si hay algo que me gusta (tal vez porque, en el fondo, me hace mucha gracia) es esa honorabilidad de la que hacen gala todos y cada uno de los personajes de la historia. Todos ellos tienen un sentido del deber, y sobre todo del deber hacia el prójimo, que a mí me resulta fascinante porque nunca lo había visto tan exacerbado como en esta novela. Aunque también hay que reprocharle a Stoker la fortísima discriminación hacia la mujer, rayana en la misoginia. Resulta apabullante cómo se infravalora a la mujer hasta el punto de leer comentarios en los que se dice que Mina, por ser tan inteligente, tiene el cerebro de un hombre. Durante todo el libro se ven comentarios de este estilo, algunos más obvios que otros. Lo cierto es que no sé si Stoker lo hizo aposta, pero yo prefiero verlo desde el punto de vista de que estamos leyendo una novela escrita en otra época y que, pese a que no debemos hacer "oídos sordos", tampoco me parece bien ensañarse con este tema.
Por último, me gustaría destacar la acertada narración que elige Stoker para desarrollar la historia. Toda la novela está contada a través de diarios, cartas, telegramas y algunos recortes de periódicos que por un lado hacen más verídica la narración (aunque sepamos que es ficción) y por otra nos posibilita profundizar en los personajes sin necesidad de narrar en primera persona. Es más, el hecho de que se relate en su mayoría a través de diarios ayuda a que se expongan los sentimientos de los personajes de un modo más personal. Pienso que si la novela estuviese narrada de otro modo perdería muchísimo.
No he hablado apenas de la trama porque creo que todo el mundo sabe de qué va Drácula, o por lo menos de qué trata. Si no la habéis leído porque pensáis que al ser un clásico os va a resultar pesado, yo os digo que para nada. La narración es muy sencilla, no tiene complicación ninguna y es un libro lleno de acción y con una historia genialmente trabajada. Yo estoy segura de que volveré a releer Drácula en un futuro porque es de esas novelas que no pierden su encanto con el paso del tiempo.
1 idea(s) :
Después de amar hasta la locura la película he intentado un par de veces ponerme con el libro, pero por H o por B siempre lo acabo dejando de lado. A ver si acabo de ponerme xD
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