Autor: William ShakespeareEditorial: Cambridge University PressPáginas: 263ISBN: 978-0521612647
For this updated edition of Shakespeare's most celebrated war play, Professor Gurr has added a new section to his introduction which considers recent critical and stage interpretations, especially concentrating on the 'secret' versus 'official' readings of the play. He analyses the play's double vision of Henry as both military hero and self-seeking individual. The appendices provide a comprehensive collection of source materials, while the stage history shows how subsequent centuries have received and adapted the play on the stage and in film. An updated reading list completes the edition.
Sangre, sudor y lágrimas he sufrido mientras leía esta obra histórica sobre Henry V escrita por el amigo Will. En ella se relata el episodio de la batalla de Agincourt que le brindó la victoria al ejército inglés y permitió al hijo de Henry IV hacerse con territorios del país galo. Los dramas históricos no es que sean santo de mi devoción, así que podéis imaginaros lo mucho que padecí y disfruté a partes iguales leyendo Henry V, aunque en realidad sea una obra de teatro relativamente corta.
Pero estoy exagerando. Si bien es cierto que como lectura ligera no se la recomendaría a mucha gente, por supuesto que no puedo pasar por alto la maestría de la pluma de Shakespeare y la importancia de esta obra. Para adentrarme en esta obra he tenido que hacerlo desde una perspectiva académica, y eso es lo que ha hecho que al final me resultara tan sumamente interesante este drama. La edición que yo leí es una edición didáctica de Cambridge, y trae una introducción muy completa con un análisis exhaustivo de la obra y su contexto, y los muchos significados que esconde bajo su aparente relato de batallitas.
Lo que más me ha gustado ha sido la caracterización de Henry V, esas luces y sombras que Shakespeare plasma en el papel, dotándole de una personalidad arrolladora, de hombre astuto, inteligente, locuaz y embaucador. Henry fue un príncipe acostumbrado a codearse con las clases bajas, y en su ascenso al trono se vale de la chabacanería de la que hacía gala para acercase al pueblo y a los que lucharán a su lado. El famoso discurso del Día de San Crispín ("We few, we happy few, we band of brothers") resulta hasta conmovedor; la palabrería con la que se gana el favor de sus fieles haciéndose pasar por un combatiente más, engañosamente convincente; y la declaración hacia la futura reina Catherine, el mejor ejemplo de arribista que se sabe vencedor.
Eso no quita lo espantoso de la lucha y el espanto de sus palabras cuando se dirige a los franceses amenazándolos con violar a sus mujeres y dejar a sus hijos sin padres. Porque detrás de toda la camaradería se encuentra una empresa sin sentido, la ambición de un rey decidido a hacerse con aquello que no es suyo solo por la fuerza. Y aquí es donde yo creo que radica la verdadera grandeza de la obra, en mostrar todos los matices de este episodio. Pero, tal y como he aprendido estudiando este drama, no podemos olvidarnos del «presentismo»...
Es decir, que cada uno saque sus conclusiones e interprete las acciones de Henry V como bien quiera. En cuanto al conjunto de la obra, me reitero señalando que no se trata de una historia que se digiera con facilidad. Por eso considero que, si decidís adentraros en ella, debéis dedicarle un tiempo a entender lo que se oculta entre bastidores, y la ingeniosa labor de Shakespeare al dar vida de nuevo a una figura cuyo reinado fue breve pero intenso.
Pero estoy exagerando. Si bien es cierto que como lectura ligera no se la recomendaría a mucha gente, por supuesto que no puedo pasar por alto la maestría de la pluma de Shakespeare y la importancia de esta obra. Para adentrarme en esta obra he tenido que hacerlo desde una perspectiva académica, y eso es lo que ha hecho que al final me resultara tan sumamente interesante este drama. La edición que yo leí es una edición didáctica de Cambridge, y trae una introducción muy completa con un análisis exhaustivo de la obra y su contexto, y los muchos significados que esconde bajo su aparente relato de batallitas.
Lo que más me ha gustado ha sido la caracterización de Henry V, esas luces y sombras que Shakespeare plasma en el papel, dotándole de una personalidad arrolladora, de hombre astuto, inteligente, locuaz y embaucador. Henry fue un príncipe acostumbrado a codearse con las clases bajas, y en su ascenso al trono se vale de la chabacanería de la que hacía gala para acercase al pueblo y a los que lucharán a su lado. El famoso discurso del Día de San Crispín ("We few, we happy few, we band of brothers") resulta hasta conmovedor; la palabrería con la que se gana el favor de sus fieles haciéndose pasar por un combatiente más, engañosamente convincente; y la declaración hacia la futura reina Catherine, el mejor ejemplo de arribista que se sabe vencedor.
Eso no quita lo espantoso de la lucha y el espanto de sus palabras cuando se dirige a los franceses amenazándolos con violar a sus mujeres y dejar a sus hijos sin padres. Porque detrás de toda la camaradería se encuentra una empresa sin sentido, la ambición de un rey decidido a hacerse con aquello que no es suyo solo por la fuerza. Y aquí es donde yo creo que radica la verdadera grandeza de la obra, en mostrar todos los matices de este episodio. Pero, tal y como he aprendido estudiando este drama, no podemos olvidarnos del «presentismo»...
Es decir, que cada uno saque sus conclusiones e interprete las acciones de Henry V como bien quiera. En cuanto al conjunto de la obra, me reitero señalando que no se trata de una historia que se digiera con facilidad. Por eso considero que, si decidís adentraros en ella, debéis dedicarle un tiempo a entender lo que se oculta entre bastidores, y la ingeniosa labor de Shakespeare al dar vida de nuevo a una figura cuyo reinado fue breve pero intenso.
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