jueves, 14 de abril de 2016

Volpone, o el zorro, Ben Jonson

Autor: Ben Jonson
Título original: Volpone, or the fox
Editorial: Cátedra
Páginas: 512
ISBN: 978-84-376-1955-2
El dramaturgo inglés Ben Jonson (1572-1637) vino al mundo en un momento de gran eclosión teatral. Perteneciente a una familia acomodada venida a menos, tuvo que esforzarse durante toda su vida por recuperar una posición social digna y por elevar la reputación del arte dramático en un momento de una vitalidad sin precedentes, en el que florecieron toda una pléyade de dramaturgos y actores que dejarían una huella indeleble. «Volpone, o el Zorrro» es una comedia que denuncia la debilidad humana y los extremos a los que puede llegar el afán de lucro. En el limitado espacio de un día, la incesante actividad de Volpone y su parásito asombran y agotan al lector. Insaciables, no dejan de urdir tretas cada vez más arriesgadas, para dar rienda suelta a su ingenio, a su sed de experiencias y a sus perversas inclinaciones. No se resignan, en fin, a un desenlace tranquilo.
En esa obra de teatro, un noble sin descendencia llamado Volpone, avaricioso y egoísta, decide fingir una enfermedad para que sus "amigos" lo colmen de regalos, con la excusa de hacerlos herederos tras su futura e inminente muerte. Su fiel sirviente Mosca lo ayudará a disfrazarse, mentir y engañar a todos los que se acerquen al lecho de su amo.

No esperaba mucho de esta pequeña obra de teatro, y me ha sorprendido que, pese a tener una trama que de por sí no me resulta atractiva, al final haya pasado un rato tan agradable con los enredos del señor Volpone. Algo realmente singular de esta obra es que los personajes, al tener semejantes nombres (Corbaccio, Voltore, Corbino, Mosca... hasta el mismo Volpone, por suspuesto), aludan tan directamente a estos animales, confiriéndole un aura de fábula misteriosa a la historia. Leerla ha sido como estar viendo una adaptación inofensiva de una obra mayor, lo que le añade un punto de comicidad a mayores.

Volpone está llena de sátira y crítica a la avaricia, a la ambición y a las amistades ruines e interesadas. Muestra a una nobleza miserable que solo se mueve por intereses económicos, y la obra los caricaturiza hasta convertirlos en los animales que les dan nombres. La parte más agria para mí ha sido, sin duda, la relacionada con el acuerdo de Celia, la esposa de Corvino, para con Volpone. La objetivización femenina llega aquí a extremos miserables, y Celia ser muestra como una persona pasiva e incapaz de defenderse ni en la situación menos favorable.

En general ha sido una lectura muy entretenida y, aunque el final me ha parecido un poco cogido por los pelos, reconozco que está muy bien estructurada y que el lío que se monta y se desmonta a lo largo de la obra está bien logrado. La obra es ágil y rápida, y seguro que gana al ser representada en directo, ya que también juega con elementos del decorado para dar efectividad a las escenas. Sin duda, una historia que se puede aplicar perfectamente a nuestro presente, y que nos demuestra que las ambiciones personales no cambian con el paso del tiempo.