Autor: Louise RennisonTítulo original: And then he ate my boy entrancersEditorial: SalamandraPáginas: 224ISBN: 978-84-9838-069-9
SEXTA PARTE DE LOS DIARIOS DE GEORGIA NICOLSON
Ahora que los últimos contratiempos amorosos de Georgia parecían haberse disipado gracias a un tórrido sol italiano de nombre Massimo Scarlotti, a la familia del susodicho no se le ocurre nada mejor que llevárselo a Burgerlandia. Así, de sopetón, Georgia vuelve a su habitual papel de heroína moderna y con mala pata. Sin embargo, la fortuna acude en su ayuda, pues unas inesperadas vacaciones familiares la conducen también a Burgerlandia. ¡Uau! Si bien Memphis no parece estar muy cerca de Manhattan, eso no tiene por qué ser un obstáculo. Se encontrará con Massimo y aclarará las cosas, sin duda, sólo que las cosas serían más fáciles si el superguaperas no se hubiese largado a Inglaterra para dejarse arrullar por la odiosa Lindsay. Despechada y ofendida, Georgia echa chispas, y al despecho se une el desconcierto, ya que Robbie, el dios Sexy, le escribe desde Australia para decirle que la echa de menos. Uff, ¿por qué todo es tan complicado para una chica irresistible como ella, reconocida experta en cachondismo cósmico y otras materias afines?
Como no podía ser menos, cuando leo un número más de la saga de Georgia Nicolson, siempre me prometo a mí misma que esta vez sí, no dejaré pasar tanto tiempo entre un y otro número. Pero al final termina pasando lo de siempre. Lo cierto es que este y el siguiente libro son los únicos que no tengo en físico y por eso he alargado tanto su lectura, porque pensaba hacerme con ellos. Lo difícil que es encontrarlos en las librerías tampoco ayuda, así que sí, ya ni recuerdo cuándo leí la quinta parte de esta saga, y por eso llegué un poco a ciegas con esta continuación.
Debo admitir que quizás el desparpajo de Georgia ya no me hace tanta gracia. Puede ser que el tiempo haya cambiado mi perspectiva con respecto a su comicidad, pero es que he encontrado a Georgia cargante en muchas ocasiones, una niña caprichosa e intratable. Y eso es algo que no percibí en los anteriores libros. Por ejemplo, una de las cosas que más me molesta de su personalidad es la manera en la que trata a su ''mejor amiga'' Jas, de manera totalmente interesada.
Pero bueno, tengo que reconocer que este libro no se merece tales juicios porque Rennison lo que quiere es que nos riamos con Georgia, ya sea por sus defectos en cuanto a las relaciones personales como con sus vagos intentos por conseguir ser una chica madura y sofisticada. El panorama amoroso de esta adolescente es tan enrevesado que a la pobre, normal, le cuesta decidirse: por una lado tiene a Robbie, aka El Guitarras, aka el Dios Sexy, que sigue en Kiwilandia; luego está Dave el Risas, más que un amigo para Georgia, aunque a ella le cueste reconocerlo; y por último Massimo, el italiano por el que bebe los vientos y por el que viajará hasta Burgerlandia, aka los Estados Unidos, para intentar encontrarle.
Y entre todas estas idas y venidas está su familia, donde sus padres comienzan a resultarle personales normales y no solo unos locos rematados. Y también está Stalag 14, también conocido como el instituto. Y la disco. Y las reuniones con la panda. Y los ensayos con los chicos de Foxwood. Es decir, toda una odisea de momentos descacharrantes y divertidos, endulzados con la palabrería típica de esta chica y las mil y una aventuras que le suceden. Sin embargo, he visto esta sexta parte algo más floja que las demás, aunque siempre seguiré recomendando estas novelas por su originalidad, frescura e ingenio.
Debo admitir que quizás el desparpajo de Georgia ya no me hace tanta gracia. Puede ser que el tiempo haya cambiado mi perspectiva con respecto a su comicidad, pero es que he encontrado a Georgia cargante en muchas ocasiones, una niña caprichosa e intratable. Y eso es algo que no percibí en los anteriores libros. Por ejemplo, una de las cosas que más me molesta de su personalidad es la manera en la que trata a su ''mejor amiga'' Jas, de manera totalmente interesada.
Pero bueno, tengo que reconocer que este libro no se merece tales juicios porque Rennison lo que quiere es que nos riamos con Georgia, ya sea por sus defectos en cuanto a las relaciones personales como con sus vagos intentos por conseguir ser una chica madura y sofisticada. El panorama amoroso de esta adolescente es tan enrevesado que a la pobre, normal, le cuesta decidirse: por una lado tiene a Robbie, aka El Guitarras, aka el Dios Sexy, que sigue en Kiwilandia; luego está Dave el Risas, más que un amigo para Georgia, aunque a ella le cueste reconocerlo; y por último Massimo, el italiano por el que bebe los vientos y por el que viajará hasta Burgerlandia, aka los Estados Unidos, para intentar encontrarle.
Y entre todas estas idas y venidas está su familia, donde sus padres comienzan a resultarle personales normales y no solo unos locos rematados. Y también está Stalag 14, también conocido como el instituto. Y la disco. Y las reuniones con la panda. Y los ensayos con los chicos de Foxwood. Es decir, toda una odisea de momentos descacharrantes y divertidos, endulzados con la palabrería típica de esta chica y las mil y una aventuras que le suceden. Sin embargo, he visto esta sexta parte algo más floja que las demás, aunque siempre seguiré recomendando estas novelas por su originalidad, frescura e ingenio.
Saga Los diarios de Georgia Nicolson:
1. Mi gato Angus, el primero morreo y el plasta de mi padre
2. Faldas cortas o piernas largas
6. ¿Quién se ha comido mis atrapachicos?
7. El cachas de los shorts peludos
8. Amooorrr es cosa de muchos
9. Menudo lío de chicos
10. Are these my basoomas I see before me?
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