martes, 13 de febrero de 2018

La forma del agua, Andrea Camilleri

Autor: Andrea Camilleri
Título original: La forma dell'aqua
Editorial: Salamandra
Páginas: 224
ISBN: 978-84-7888-774-3
En una cálida noche siciliana, tras nadar un buen rato en las tranquilas aguas que se remansan a escasos metros de su casa a orillas del mar, Salvo Montalbano emerge de la oscuridad con las ideas más claras: la solución del caso le ronda las narices, así que sólo es cuestión de paciencia y método, para lo cual nada mejor que relajarse antes con algún manjar preparado por Adelina, su fiel asistenta. Si a los asiduos lectores de Andrea Camilleri esta escena les resultará familiar, los lectores no iniciados merecen una breve introducción: Salvo Montalbano tiene cuarenta y cinco años, conserva una novia en Génova y es comisario de policía del pequeño pueblo de Vigàta, en Sicilia, que si bien no se encuentra en ningún mapa de este mundo es más real que la vida misma. Fiel amigo de sus amigos, amante de la buena mesa y sabedor de que la tierra ha girado y girará muchas veces en torno al sol, Montalbano es el compendio vivo de las antiquísimas culturas mediterráneas. Su calidad humana, unida a su infalible perspicacia, han hecho de su creador, Andrea Camilleri, uno de los autores más leídos de Europa. En esta ocasión, un conocido político y empresario aparece muerto semidesnudo en el interior de su coche en un arrabal donde reinan la prostitución y la droga. Todo apunta a que ha fallecido de un ataque al corazón después de haber mantenido relaciones íntimas con una persona desconocida. Sin embargo, el comisario Montalbano no se fía, y armado con su natural olfato para los comportamientos extraños, se propone descubrir la trama sexual y política que se esconde tras el presunto crimen.
No, esta no es la novela en la que se basa la nueva película de Guillermo del Toro. Cuando me encontré el libro en la estantería pensé que así era, pero al leer la contraportada descubrí que se trataba de la primera novela de la serie de Montalbano. Decidí comprarlo igualmente porque, para los que no lo sepáis, el comisario Montalbano también tiene una serie de televisión que se emite aquí en España, buena para pasar el rato. Como era la primera entrega de estos libro y me apetecía leer algo ligero y que me enganchase, lo compré igualmente.

Si bien es cierto que se trata de una lectura que se pasa en nada y que entretiene hasta el final, para mí ha cojeado en varios aspectos. Para empezar no me ha gustado que se presentase al comisario como si ya lo conociéramos de antes. Vale, tampoco es que haya mucho más que decir, pero me ha dado la sensación de que esta no era la primera novela de la serie y de que me había saltado algún número por la manera en la que mostraba al protagonista, como no hiciese falta introducirlo.

Por otro lado, quizás es que ya estoy algo cansada de este tipo de historias, pero los casos policíacos en los que un importante político aparece asesinado y siempre hay mujeres (algunas, prostitutas) por el medio, me tienen un poquito mosqueada. A excepción de un par de personajes femeninos, los demás me han resultado maniqueos y muy al servicio de los personajes masculinos.

La trama no está mal llevada, aunque tiene bastantes momentos en los que al comisario le viene la inspiración por luz divina, lo cual deja al lector con desventaja al no poder más que acompañar al policía en sus pesquisas más que sacar sus propias conclusiones. En general, al ser tan rápido de leer, el libro cumple con lo que buscaba, y es que me entretuviese y me enganchase. No creo que siga con la serie (son muchísimos libros), pero no descarto que pueda coger algún otro libro si me vuelve a apetecer algo de este género.