lunes, 30 de abril de 2018

Llámame por tu nombre, André Aciman

Autor: André Aciman
Título original: Call me by your name
Editorial: Alfaguara
Páginas: 280
ISBN: 9788420473895
Un joven estudiante americano viaja a Italia para profundizar en sus estudios de Filosofía durante un verano. El hermoso pueblo costero en el que se instala servirá de marco para narrar una historia de amor que marcará su vida y la del joven y sensible hijo adolescente de la familia que le acoge. La pequeña mansión es un refugio de belleza, cultura y armonía, donde la literatura y la amistad fraguarán una pasión que debe mantenerse oculta. Escrita con intensidad y emoción, Llámame por tu nombre es el relato de un viaje por los rincones más profundos de los sentimientos y el erotismo, y es también, un canto a la belleza y al poder absoluto del amor.
Como muchos otros lectores, llegué a este libro gracias a la película dirigida por Luca Guadagnino, y de tanto que la disfruté no quería perderme el libro. Uno de los encantos de la película es que no terminamos nunca de entender la mente de Elio, el protagonista de la historia. En un principio parece caprichoso, altanero y borde, pero a medida que avanza la trama vamos haciéndonos familiares con la personalidad del joven. Esto es algo que en libro queda plasmado de una manera mucho más directa, pues al estar narrado en primera persona, entendemos a Elio desde el primer momento.

Se trata esta de una historia de amor, pero sobre todo de la historia de un primer amor, de aquella persona que nos cambia y nos hace crecer, evolucionar, y a partir de la cual nuestras relaciones con el resto de personas no vuelven a ser las mismas. La ambientación es la idónea para narrar este cuento, un verano en la costa italiana que se nos describe constantemente como un sueño idílico con el que es fácil identificarse. Aciman se cuida de detallar la nostalgia por esa época estival de nuestra infancia y adolescencia en la que todo era posible y que con el paso de tiempo no puede más que provocarnos un sentimiento de tristeza por los recuerdos vividos.

Llámame por tu nombre nos habla del autorreconocimiento al conocer a otra persona, de ese algo que nos posibilita el entendernos a nosotros mismos cuando intimamos con alguien que nos hace vernos como somos. Oliver es esta persona para Elio, y su tira y afloja durante todo el libro habla sobre ese juego de desear y no ser correspondido (o sí), de apasionarse antes de haber consumado nada, de empezar a echar de menos incluso cuando se está viviendo el momento. Elio puede ser abstracto en las descripciones de sus sentimientos, pero a la vez es tan concreto en detallarlos que es imposible no identificarse con ellos. Porque es esta una novela que, independientemente del contexto en el que se adscribe, toca la fibra a cualquiera que la lea por lo cercana y certera que es.

Sensible, compleja y dura, así es Llámame por tu nombre. Una montaña rusa de emociones que nos transporta al primer amor, a las tardes de verano, al fantasma de lo que anhelamos y nunca llegamos a tener, o tuvimos pero ahora parece efímero. Desde la primera hasta la última página, la novela nos transporta a un escenario del que el lector solo puede salir anímicamente destrozado. Una pequeña joya.