Ghostgirl. El regreso, Tonya Hurley

Autor: Tonya Hurley


Título original: Ghostgirl Homecoming


Editorial: Alfaguara


Páginas: 304

Sinopsis:

Dicen que la comedia es una tragedia que le sucede a otro. Pero que en el Más Allá uno todavía tenga que hacer prácticas, a Charlotte no le hace ninguna gracia. Y menos si consisten en coger el teléfono en un centro de ayuda para adolescentes problemáticos. Hasta que un día recibe la llamada de su amiga Scarlet: una pedicura terriblemente torpe ha dejado a Petula, su hermana pija, en coma. Y además, Damen, el novio de Scarlet, parece que vuelve a sentir algo por Petula, aunque ésta esté inconsciente... Tal vez Charlotte sea la única persona que pueda solucionarlo... aun a riesgo de precipitar un fatídico final para todos.

La Otra Vida no es exactamente lo que Charlotte se esperaba encontrar al cruzar hacia el Más Allá. Ahora tiene que trabajar en una centralita con sus demás compañeros. Pero el problema es que Charlotte no recibe ninguna de las llamadas de adolescentes en apuros que los demás atienden. Los días pasan sin nada que hacer, y para colmo, todos sus amigos se han encontrado con sus seres queridos menos ella. Bueno, menos ella y Maddy, una chica nueva que pronto traba amistad con nuestra protagonista.


Mientras, en el mundo de los vivos, Petula se encuentra hospitalizada por un descuido en su pedicura. Scarlet intentará que regrese con ellos poniendo su vida en peligro: viajará al Más Allá para buscar ayuda en Charlotte, en tanto que Damen, su novio, vigila de las dos hermanas que ahora se encuentran en coma.

Así de suculenta se presenta la novela, aunque al final, en conjunto, no es para tanto. El ritmo  es lento, suceden cosas continuamente, pero son cosas sin importancia. Para explicarlo mejor: el libro no engancha, no dan ganas de seguir leyéndolo, y todo se resuelve en los últimos capítulos atropelladamente. Por lo tanto, se puede decir que la trama no va en crescendo, sino que da un salto gigantesco desde todo lo anterior hasta la resolución final. 


Los personajes me han parecido más vacíos que en el anterior libro, con alguna excepción. Charlotte actuaba como una verdadera fantasma, dejándose llevar por todos y sin tomar decisiones por sí misma. La pareja Scarlet-Damen no me acaba de convencer. No porque prefiera a Damen con otra; es que simplemente no se muestran mucho amor, dos besitos y ya. Me sigue gustando la forma de ser de Scarlet, y también su relación con Petula, el personaje que más me ha gustado en este segundo libro. Sí, sí, Petula. La chica es superficial hasta decir basta, pero da un cambio rotundo cuando conoce a Virginia. Sin duda, la parte que más me ha gustado de la novela fue la que relataba la estancia de estas dos chicas en la oficina del hospital. Las Wendys siguen en la linea de siempre, aquella que me saca más de una sonrisa de vez en cuando. De los demás personajes me queda decir que me parecieron algo sosos. Una pena, con la cantidad de gente que aparece en este libro...


Tendría yo unas palabritas con la Hurley en lo tocante a la escritura, porque no es normal que muchas conversaciones sean tan infantiles teniendo en cuenta que los personajes tienen sobre diecisiete años, y que luego suelten tacos a la ligera. Prefiero que los personajes tengan un lenguaje salidito de tono, puesto que son adolescentes, pero no mezclar los dos. Y, por cierto, ¿es necesario repetir tantas veces la palabra vintage?

Siguiendo con la regañina hacia Tonya: ¡esos cabos sueltos! Como dije en la reseña del anterior libro, esperaba que el segundo me resolviese esa gran mancha blanca sobre los padres de Charlotte. Aunque esta vez se nos habla un poco, sólo un poco de ellos, sigue sin quedarme clara la vida de Charlotte. Puede que sea culpa mía que no lo haya entendido, que no me extraña. También quiero mencionar esos momentos en los que una tiene que volver dos páginas atrás porque no se ha enterado de la posición de los personajes. Con esto me refiero a detalles del estilo '¿pero estaban sentado o levantados', '¿y Gary? ¿dónde está?', o '¿cómo han llegado hasta ahí?'. Son, como he dicho, pequeños detalles que a veces entorpecen la lectura porque te hacen perder un poco la noción del espacio-tiempo.


Tranquilidad, no todo son reproches y cosas negativas. El libro también tiene cosas buenas. Empezando por el diseño, que sigue la linea del anterior, cuco y elegante, dan ganas de cogerlo con pinzas para que no se doblen ni las esquinas. Las citas y reflexiones que vienen después del título también me han vuelto a impresionar. La verdad, creo que el libro podría tirar un poco más por ese tono y hacerlo algo más adulto y no tan infantil. Y la historia, claro. Es buena, pero no está desenvuelta de la manera correcta, por culpa de la intensidad del ritmo.


Tengo ganas de leer el tercer y último libro de la saga porque la trama promete, pero tampoco quiero entusiasmarme de nuevo y llevarme un chasco como el de ahora. A lo mejor fue eso, demasiadas expectativas puestas en él. Prometo moderar mis ansias, de momento...

Veredicto:

Una historia que podría dar mucho más de sí, pero que el ritmo y los vacíos personajes no dejan llevar adelante.

Nota:

Páginas:

Web oficial

Web oficial española

Web de la autora