After Dark, Haruki Murakami

-Autor: Haruki Murakami -Título original: アフターダーク -Editorial: Tusquets -Páginas: 248 -ISBN: 978-84-8383-101-4

Sinopsis:

Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado, Mari, sentada sola a la mesa de un bar-restaurante, se toma un café mientras lee. La interrumpe un joven músico,Takahashi, al que Mari ha visto una única vez, en una cita de su hermana Eri, modelo profesional. Ésta, mientras tanto, duerme en su habitación, sumida en un sueño «demasiado perfecto, demasiado puro». Mari ha perdido el último tren de vuelta a casa y piensa pasarse la noche leyendo en el restaurante;Takahashi se va a ensayar con su grupo, pero promete regresar antes del alba. Mari sufre otra interrupción: la encargada de un «hotel por horas» pide que le ayude con una prostituta agredida por un cliente. Dan las doce. En la habitación donde Eri sigue sumida en una dulce inconsciencia, el televisor cobra vida y en la pantalla empieza a distinguirse una imagen turbadora... pese a que el televisor no está  enchufado.

Mari y Takahashi se encuentran en un bar a medianoche. Ella lee mientras espera su tren de madrugada. Él la ha visto y decide hablarle antes de ir a ensayar con su banda. No es que sean amigos de toda la vida: al contrario. Un evento oportuno, en un día y en un lugar oportunos, hizo que estas dos personas se conociesen. Poco, muy poco, pero se reconocen, se recuerdan. Conversan mientras la noche sigue cayendo. Cerca, en un love-hotel, una chica china ha sigo agredida, y sólo Mari entiende y habla el idioma, así que decide ayudarla.

Mientras, Shirakawa, el hombre que ha pegado a la muchacha sigue sistemático su jornada de trabajo, sin saber que está siendo perseguido y que pronto sufrirá la venganza de un desconocido. A su vez, en esa misma noche, Eri, hermana de Mari, duerme en su cama, como cualquier noche, pero sucesos extraños la llevarán a través de una pantalla de televisión de la que dudosamente podrá escapar...

La noche transcurre, Mari y Takahashi llegan a compartir conversaciones más profundas de las que esperan; la conciencia de Shirakawa no está tranquila y retuerce los hechos sin dejarlo en paz; y Eri sigue dormida, quién sabe si despertará algún día.

      Opinión Personal      

Flotas. Es la primera impresión que sientes al leer la novela de Murakami. El autor nos traslada a una ciudad japonesa casi como si fuésemos volutas ligeras que el viento arrastra. Y te posa sobre un bar, te hace cómplice, a su lado, de la observación de una conversación. Te arrastra hasta la intimidad del sueño de una chica, pero no puedes hacer nada más que obedecer a sus directrices: ver y seguir leyendo. Con esto consigue que el libro esté plagado de diálogos, y sólo descripciones justas. Una lectura ligera, amena.
Que aunque no lo parezca, los diálogos están cargados de sabiduría y astucia, los personajes son hábiles constructores de la oratoria, se pierden por sus propios pensamientos y desatan las inquietudes del alma y sus vidas, porque la noche es el momento idóneo para pensar que la pesadez del día a día queda a años luz.
La trama es sencilla: personajes que aparecen y desaparecen, que no necesitan de una descripción previa para continuar con la historia, y que pronto conoceremos sin ayuda de largas listas de rasgos físicos y psíquicos. Murakami nos propone una noche y unas personas que terminan todas relacionadas entre ellas. Y el desamparo y el aire triste de la historia es lo que nos lleva a seguir leyendo una páginas tras otra, sin necesidad de una historia que enganche desde el principio. Es casi esa misma tristeza la que nos apremia a llegar hasta el final, para afirmar unas tibias esperanzas de que la novela no esté plagada sólo de depresiones.

Aunque, y ojo al dato, el libro parezca sencillo en su construcción, la parte de Eri erizaba los pelos en ciertos momentos. El autor consigue introducir casi un relato de ficción y suspense entre páginas plagadas de aspectos humanos reales. Esa parte le infiere un ambiente de atemporalidad a la historia que casi nos hace dudar de si estamos leyendo una novela o un libro de ciencia-ficción, pues parece que cualquier cosa puede suceder en el momento menos oportuno.

Pero no todo es un baño de oro para Murakami. Si hay algo que no me ha gustado ha sido ese final tan abierto, demasiado para mi gusto. Si hubiese estirado un poquito más las últimas líneas, si hubiese dejado el círculo algo más cerrado (que no del todo, sólo un poco más), creo que el libro se habría quedado más tiempo en mi retina.

Estoy segura de que no es el mejor libro de Murakami. After Dark me pareció la novela perfecta para adentrarme en la literatura de este autor, y no va a ser la única que lea. Supongo que para comenzar está bastante bien, y lo recomiendo si lo que quieres es leer algo distinto de lo habitual, una historia ligera pero cargada de un carácter profundo y poético.
Veredicto:
Un paseo por los valores humanos casi olvidados de la mano de una escritura hipnótica a lo largo de una noche atemporal.
Nota:

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