Antes de poder descansar en paz, Charlotte tiene que volver al trágico escenario de su muerte: el instituto. Todavía le queda una última misión que cumplir. Tiene que ayudar a quien le ha sido asignado a resolver algunos problemas personales antes del esperado baile de graduación. Pero nadie le ha explicado qué ocurre cuando precisamente estás enamorada de tu proyecto de clase... Charlotte moriría (otra vez) por amor. Pero si su billete para la Otra Vida implica enfrentarse a la demasiado familiar sensación de sentirse invisible, quizás esto vaya más allá de lo que ella pueda soportar...
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Ay, Ghostgirl, la saga del amor/odio. Esperaba que la tercera parte solucionase los problemas de las anteriores... pero no. Loca por amor presenta una historia entretenida, pero sacada de la manga, todo hay que decirlo. Ese es el mayor fallo de Tonya, el que no ha sabido corregir en toda la trilogía: no sabe explicarse. Las cosas pasan porque sí y las tienes que tomar tal cual vienen. Pues en esta novela para lo mismo, Charlotte y sus compañeros bajan al mundo de los vivos no se sabe muy bien por qué. Pero bueno, ahí están, no hay más que hacerle. Disfrutemos de la lectura.
Personajes nuevos, personajes que maduran y personajes de relleno, en esas categorías se nos presentan. Los nuevos, como Eric, están bien y dan un toque de aire fresco. Los que maduran, como Scarlet, le dan a la trama un toque más maduro. Los de relleno, como Pam o Prue, están ahí pero no sabes muy bien por qué. Se equilibra la balanza y tenemos así un libro juvenil con los personajes necesarios para crear una historia divertida.
Lo cierto es que el planteamiento está muy bien. Esos personajes que maduran de los que antes he hablando, le dan una nueva dimensión a la saga. Ya no son simples adolescentes encariñados unos de otros. Ahora tenemos, por ejemplo, a una Scarlet lo suficientemente valiente como para decidir que prefiere ser ella misma a cambiar para los demás, o a una Petula a la que no le importa lo que le digan los demás. Estos personajes, que han sufrido una evolución notable en la trilogía, destacan en comparación con otros como Charlotte, protagonista pusilánime que sigue igual que al principio: es sosaina y no tiene demasiada iniciativa. Ni me gusta ni me disgusta, simplemente me es indiferente.
Es un libro que empieza con las armas cargadas para dar el toque final a la saga, pero una vez que te acercas al final, parece más bien un capítulo prescindible. Como en los anteriores libros (reseñas aquí y aquí) todo se resuelve al final de manera muy rápida. Yo me esperaba un desenlace más impresionante. Y por si no fuera poco, la Hurley se deja siempre cosas en el tintero. Cosas que no me han quedado (ni me quedarán) claras: la urbanización donde vive Charlotte, así como el lugar donde está; de dónde surgió esa relación tan extraña entre Eric y Charlotte; los padres de Charlotte... ¿qué hacen?; ¿estos chicos estudian o se pasan la vida en la calle?; infinitas dudas sobre las aptitudes de los fantasmas... Y así hasta contar unas cuantas más.
La escritura es una de las cosas que más me gustan de estos libros. Tonya sabe relatar muy bien, pero no se para mucho en las descripciones, algo que a veces he echado en falta. Y vuelvo a repetir, como dicen en las anteriores reseñas: ¿es necesario repetir tanto la palabra vintage? Eso sí, los textos a principio de capítulo son una delicia, y me encanta el gusto musical de esta mujer. La edición sigue siendo preciosa, unos dibujos y detalles en las páginas muy cuidados. Pero ya se sabe que el físico no lo es todo.
En fin... qué le vamos a hacer. Si continué con la saga fue porque tenía la esperanza de que mejorase un poquito. No ha empeorado, pero tampoco ha avanzado. Sigue en su línea de siempre. El libro termina de manera bastante cerrada, pero lo cierto es que visto lo visto (y sobre todo por ese ¿Fin? de la última página) Tonya podría seguir perfectamente con la saga, aunque he leído por ahí que no tiene pensando escribir más, sino continuar con la historia a base de una serie o de películas. Por el momento, la saga enterita se lleva toda la misma nota.
Personajes nuevos, personajes que maduran y personajes de relleno, en esas categorías se nos presentan. Los nuevos, como Eric, están bien y dan un toque de aire fresco. Los que maduran, como Scarlet, le dan a la trama un toque más maduro. Los de relleno, como Pam o Prue, están ahí pero no sabes muy bien por qué. Se equilibra la balanza y tenemos así un libro juvenil con los personajes necesarios para crear una historia divertida.
Lo cierto es que el planteamiento está muy bien. Esos personajes que maduran de los que antes he hablando, le dan una nueva dimensión a la saga. Ya no son simples adolescentes encariñados unos de otros. Ahora tenemos, por ejemplo, a una Scarlet lo suficientemente valiente como para decidir que prefiere ser ella misma a cambiar para los demás, o a una Petula a la que no le importa lo que le digan los demás. Estos personajes, que han sufrido una evolución notable en la trilogía, destacan en comparación con otros como Charlotte, protagonista pusilánime que sigue igual que al principio: es sosaina y no tiene demasiada iniciativa. Ni me gusta ni me disgusta, simplemente me es indiferente.
Es un libro que empieza con las armas cargadas para dar el toque final a la saga, pero una vez que te acercas al final, parece más bien un capítulo prescindible. Como en los anteriores libros (reseñas aquí y aquí) todo se resuelve al final de manera muy rápida. Yo me esperaba un desenlace más impresionante. Y por si no fuera poco, la Hurley se deja siempre cosas en el tintero. Cosas que no me han quedado (ni me quedarán) claras: la urbanización donde vive Charlotte, así como el lugar donde está; de dónde surgió esa relación tan extraña entre Eric y Charlotte; los padres de Charlotte... ¿qué hacen?; ¿estos chicos estudian o se pasan la vida en la calle?; infinitas dudas sobre las aptitudes de los fantasmas... Y así hasta contar unas cuantas más.
La escritura es una de las cosas que más me gustan de estos libros. Tonya sabe relatar muy bien, pero no se para mucho en las descripciones, algo que a veces he echado en falta. Y vuelvo a repetir, como dicen en las anteriores reseñas: ¿es necesario repetir tanto la palabra vintage? Eso sí, los textos a principio de capítulo son una delicia, y me encanta el gusto musical de esta mujer. La edición sigue siendo preciosa, unos dibujos y detalles en las páginas muy cuidados. Pero ya se sabe que el físico no lo es todo.
En fin... qué le vamos a hacer. Si continué con la saga fue porque tenía la esperanza de que mejorase un poquito. No ha empeorado, pero tampoco ha avanzado. Sigue en su línea de siempre. El libro termina de manera bastante cerrada, pero lo cierto es que visto lo visto (y sobre todo por ese ¿Fin? de la última página) Tonya podría seguir perfectamente con la saga, aunque he leído por ahí que no tiene pensando escribir más, sino continuar con la historia a base de una serie o de películas. Por el momento, la saga enterita se lleva toda la misma nota.
Saga 'Ghostgirl':
1. Ghostgirl
3. Ghostgirl. Loca por amor
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2 idea(s) :
Tiene mcuha razón esta critica, todo lo que pensaba estña aqui mismo, buen resumen.
Estoy haciendo la reseña de este libro ahora mismo y coincido contigo en que los personajes maduran. A mí sí me ha gustado (no le saco muchos peros). Buscaba entretenimiento y es lo que he encontrado.
Besos!
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