sábado, 11 de enero de 2014

Fahrenheit 451, Ray Bradbury

-Autor: Ray Bradbury

-Título original: Fahrenheit 451

-Editorial: Debolsillo

-Páginas: 192

-ISBN: 9788490321478
Fahrenheit 451 ofrece la historia de un sombrío y horroroso futuro. Montag, el protagonista, pertenece a una extraña brigada de bomberos cuya misión, paradójicamente, no es la de sofocar incendios sino la de provocarlos para quemar libros. Porque en el país de Montag está terminantemente prohibido leer. Porque leer obliga a pensar, y en el país de Montag está prohibido pensar. Porque leer impide ser ingenuamente feliz, y en el país de Montag hay que ser feliz a la fuerza?
En la sociedad en la que vive Montag, leer está prohibido por ley. Los libros no traen más que tristeza a la gente, y por eso el trabajo de los bomberos se resume a quemar estos objetos. Sí, quemarlos. Aquí el fuego se provoca y no se extingue. Montag no sabe por qué, pero intuye que algo no cuadra. Ni siquiera sabe lo que quema, cuál es el poder de las páginas, porque nunca ha leído un libro. Por eso, cuando conoce a su vecina Clarisse, de diecisiete años, tan llena de vida y tan diferente del resto, Montag se atreve a quedarse con un libro y ocultarlo en su casa.

Sin embargo, no pasa mucho tiempo hasta que Montag hace partícipe a su mujer, Mildred, del delito que ha cometido. Pero no hay marcha atrás. Montag ha descubierto que vive en un mundo sometido a las leyes de un Gobierno opresor que prohíbe la lectura, la cultura, el conocimiento, y no piensa rendirse ni dejarse doblegar.

      Opinión Personal      

233º C, o mejor dicho, 451º Fahrenheit, es la temperatura a la que arde el papel de los libros. ¿Hay un elemento más poderoso que el fuego? Gracias a él, el ser humano pudo cobijarse del frío, ahuyentó demonios en la oscuridad y aprendió a cocinar. El fuego es parte de la evolución de nuestra especie, y qué casualidad que en esta novela sea, precisamente, el término de la misma. Ejemplares y ejemplares de todo tipo de libros, desde ensayos hasta revistas, novelas y libros de arte, son quemados en grandes hogueras. Todo lo que sea cultura, todo lo que pueda suscitar el plantearse preguntas, el pensar por uno mismo, tiene que ser eliminado.

Demoledora crítica la de Bradbury, que se ensaña con los omnipresentes medios de comunicación, con su intromisión en la vida de la gente, con los contenidos vacuos e idiotizadores de la caja tonta. Que levante la mano el que vea reflejada en sus páginas la situación en la que se encuentran muchos de nosotros en la actualidad, enganchados como están a la televisión. Ah, pero es que Bradbury escribió Fahrenheit a principios de los 50, cuando el televisor todavía acababa de romper el cascarón; pero él ya vaticinaba de manera certera las consecuencias del aparato tecnológico más odiado y querido de nuestros días.

El libro tiene muchas interpretaciones, dependiendo de si lo leemos como una mera novela de acción o ciencia ficción, o bien si rebuscamos entre líneas para acercarnos a una lectura más profunda. Es por eso que es un libro tan bueno. Tiene todo lo que se le puede pedir a una buena novela: personajes que evolucionan y se transforman, suspense, tramas trepidantes y una historia fantástica y original. Mucho cariño le he cogido yo a Montag, antihéroe en su totalidad que abre los ojos ante una realidad cenicienta y triste, y se adentra en un futuro incierto y desolador. Y también a Clarisse, y a Mildred, y a Faber, e incluso a Beatty. Porque todos los personajes están bien construidos, bien desarrollados y son tan complejos como sencillos. Unos con más capas que otros, eso sí.


Y la narración, tan cercana, tan directa, no hace más que acrecentar la idea de que uno se encuentra ante una novela con las intenciones claras. Pese a que Bradbury comienza el relato de un modo ambiguo, tiempo al tiempo, que todo llega. La información bien dosificada, junto con grandes dosis de acción y un ritmo que acelera continuamente hacen de Fahrenheit una novela, además de bien escrita, bien cuidada.

¿Algo más? Una adaptación al cine que le hace justicia, con variaciones inevitables, pero una película digna que funciona tanto si habéis leído el libro como si no. Olvidaos de comparar porque no merece la pena: el libro siempre es mejor, y Fahrenheit nunca va a tener una adaptación a su nivel. Seguramente hayáis leído reseñas el doble de mejor que esta, porque al igual que la película, yo no soy capaz de reflejar la calidad de la novela. Si se os llena la boca cuando decís "me gusta leer", deberías hacerle un hueco a Fahrenheit, que trata, sobre todo, del amor hacia la lectura.


Veredicto:

Fahrenheit 451 es un canto a la libertad de pensamiento, a la cultura, y al conocimiento, y una muestra de cariño infinito a los libros.

Nota:

1 idea(s) :

Anónimo dijo...

Un clasico que tengo pendiente para leer!